CASTILLO. La caravana de roadsters llega a su primer destino, Castellar de la Frontera. / K. R.
Sociedad

El cielo como único límite

Propietarios de descapotables desvelan los hábitos de reunión y disfrute de esta creciente 'tribu' del motor durante una de sus muchas concentraciones, que este fin de semana recorrió la Sierra

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El uso lúdico del automóvil es una actividad a menudo olvidada en los atascos, pero que se remonta a los mismos orígenes de la automoción. Los primeros coches servían de distracción, de juego y aventura a sus afortunados dueños y era frecuente ver en cada localidad a los pocos y privilegiados poseedores de estas máquinas realizar paseos y salidas conjuntas.

Conforme el tiempo avanzó y se diversificó la producción, el automóvil se popularizó. Su uso se volvió rutinario, cotidiano, pero aún es posible disfrutarlo como un juego. Sobre todo gracias a clubes de aficionados de modelos concretos, muy habituales en toda Europa, Estados Unidos y Japón. Inglaterra se reserva el honor de ser es el país creador del tipo de automóvil de recreo por excelencia, el roadster, coloquialmente conocido como deportivo o descapotable.

Este tipo de coches tiene unas características específicas que lo hacen único. Con el cielo de serie, dos ocupantes sólamente, un ta-maño contenido sin ser excesivamente pequeño y una mecánica lo suficientemente potente para que produzca sensaciones equiparables a un vehículo de competición. Dependiendo del modelo, hay más o menos extras para ob-tener cierto confort, aunque en este vehículo la comodidad no es prioridad. Como última característica, debe contar con un precio que lo haga asequible, no de uso masivo, pero que permita a un trabajador medio darse el capricho si ahorra un poco.

Coches ingleses como los Morgan Plus, MG (A y B), Austin Healey, Triumph TR3 y TR4, Sunbeam Alpine, Lotus Elan, italianos como el Alfa Romeo Spider, alemanes como el Porsche 356 Speedster o el Mercedes 190 SL o franceses como el Facel Vega Facellia son algunos de los modelos que supieron mantener viva categoría de roadster hasta la llegada de los actuales Audi TT, Mercedes SLK, BMW Z3 (y Z4), Fiat Barchetta y como no, el Mazda MX5.

La llegada de Internet ha provocado que estos aficionados se agrupen en foros donde intercambian vivencias y opiniones y también se organizan reuniones en las que compartir un modelo de ocio, un estilo de vida en el tiempo libre. Un grupo de entusiastas del foro MX5 Zone -dedicado a este modelo de la marca Mazda- celebró durante el pasado fin de semana en la Sierra de Cádiz uno de estos encuentros, que permiten conocer los hábitos de los conductores que no tienen techo.

Entre turismo y rallye

Casi una veintena de coches de este tipo, procedentes de Sevilla, Jerez, Cádiz, Algeciras, La Línea, Los Barrios, Málaga, Marbella y Lucena, se dieron cita en el Hotel Guadacorte de Algeciras durante la mañana del sábado. Mazda MX5 NA, NB y NB2 (referencias a las diferentes series y versiones se-gún los años) y algunos «infiltrados» como Mercedes SLK, Audi TT, Porsche Boxter e incluso un Mazda RX8, que sin ser siquiera descapotable, puso una nota de color al evento con su espectacular línea y el peculiar sonido de su motor rotativo, fueron los vehículos que asistieron a la concentración. Una vez reunidos todos los participantes del «rally», el organizador, Dunge, como le conocen en el citado foro, entregó unas tarjetas a cada vehículo asistente (necesarias para este tipo de actividades) y explicó el itinerario de la excursión.

El primer destino sería el recinco amurallado de Castellar de la Frontera, que combina hermosos paisajes naturales, un peculiar conjunto arquitectónico y una carretera de subida donde los conductores disfrutan de las posibilidades mecánicas de sus coches.

Después de una visita al casco histórico de la localidad, a sus tiendas de artesanía y sus miradores, la caravana siguió su camino en dirección a la también impactante y montañosa Villa de Ubrique. Las condiciones climáticas acompañaron. Fue el primer día veraniego del año 2006. Las carreteras de la Sierra de Cádiz y Málaga a su paso por el Parque Natural de Los Alcornocales creaban un ambiente que bien podría haberse confundido con el Rally de San Remo o el Tour de Corse.

Previo al almuerzo se realiza un último parón en Puerto Galis para tomar algo fresco y continuar la subida hasta Ubrique, donde se celebra el gran almuerzo que marca el ecuador y epicentro de cada cita automovilística de este tipo de grupos. La gastronomía serrana, la ausencia de alcohol y la conversación sobre la pasión común, el coche, protagonizan el encuentro. Tras la comida el organizador del evento sorteó una serie de regalos entre todos los asistentes en un ambiente salpicado de buen humo. El premio principal es un GPS que cayó en manos de Postman. Sólo es el principio de la sobremesa. Luego, despedida, fotos y salidas. Dentro de unas semanas, los afortunados que tienen descapotable repetirán cita, pero en otra ruta que descubrir a cielo abierto.