Los Príncipes de Asturias posan junto a escritores e intelectuales durante el congreso. / EFE
Cultura

La Real Academia cierra el Congreso de la Lectura con una llamada al optimismo

Víctor García de la Concha pronunció un apasionado discurso de clausura de la histórica cita de Cáceres en presencia los Príncipes de Asturias

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El director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, realizó ayer una apasionada defensa de la «lectura interiorizada», al invitar a los asistentes al Congreso Nacional de la Lectura a recorrer su particular Galería de lectores, habitada por escritores de todas las épocas, los mejores maestros.

García de la Concha pronunció la conferencia de clausura del simposio, un acto que estuvo presidido por los Príncipes de Asturias y que contó con la presencia del presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y de numerosas autoridades locales.

En esa galería ideal de lectores que ayer mostró García de la Concha caben muchos escritores, desde Platón, San Agustín, el Arcipreste de Hita y Santa Teresa a Goethe, Salinas, Borges y Whitman, pasando por Shakespeare, Cervantes, Fray Luis de León y Kafka, entre otros.

Esa lectura interiorizada de la que habló el director de la RAE sólo la consiguen quienes, como dice Platón, se enfrentan al libro «desde dentro. Desde uno mismo y por uno mismo a la intimidad de la memoria», prosiguió el conferenciante. Sólo así pueden llegar a ser «sabios de verdad», afirmaba el filósofo griego.

En la galería de lectores de García de la Concha, Berceo recomienda «traspasar la letra y profundizar», y otros escritores como Fray Luis de Granada o Fray Luis de León, veían la Naturaleza como un libro. Y no sólo ellos. Goethe decía: «Ved cómo la Naturaleza es un libro vivo/ incomprendido, pero no incomprensible».

A García de la Concha siempre le ha intrigado saber qué libro leería el Doncel de Sigüenza o qué «enigmático libro leía el Príncipe Hamlet» cuando al ser preguntado por él, respondió: «palabras, palabras, palabras».

El libro siempre como «clave del movimiento de la Historia», decía el director de la RAE para incluir en su particular galería a aquellas mujeres «que conquistaron el derecho de la lectura», como Teresa de Cartagena, que «aprendió a descubrirse a sí misma», o Teresa de Je-sús, que lloraba «desconsolada cuando el Inquisidor General prohibió los libros espirituales en romance» y dejó sólo los que estaban en latín.

Un país de lectores

Por su parte, el Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón, manifestó su deseo de que España se consolide como un país de lectores «porque así también se logrará ser un país más culto y más libre» durante su discurso de clausura.

Don Felipe consideró que «es conveniente despertar el hábito de la lectura desde una edad bien temprana», y recalcó que es «un patrimonio exclusivo del ser humano y una cualidad que subraya las dimensiones más nobles como la voluntad de conocimiento, de comunicación y de relación más allá del tiempo y el espacio».

Asimismo, el Príncipe de Asturias señaló que el libro sigue siendo un recurso muy utilizado y que gracias a él, los hombres han extendido sus ideas, ilusiones y propósitos, por lo que -concluyó- «los libros y la lectura adquieren así categoría de tesoro universal del género humano».