El Algeciras insufla una bomba de oxígeno al Almansa y da otro pasito hacia la Tercera División

Cuando tan sólo queda agarrarse desesperadamente a las matemáticas la cosa no funciona.

Los aficionados algeciristas salieron del Nuevo Mirador haciendo cuentas de lo que tenía que hacer su equipo pasa salvar la categoría, y muchos llegaban a la conclusión de que lo que hacía falta es un milagro. Lo malo es que en fútbol éstos no abundan.

Y es que en los noventa minutos de ayer frente al Almansa se cumplió con rigurosa exactitud el guión de los últimos partidos, que irremisiblemente van a conducir al equipo a la Tercera, circunstancia impensable para un club que hace tan sólo dos temporadas estaba en la División de Plata del fútbol español.

En algunas ocasiones se puede hablar de mala suerte o se le puede echar la culpa al árbitro o al Lucero del Alba, pero lo cierto y verdad es que el Algeciras está sacando, por derecho propio, el bono para el descenso.

Una plantilla que rellena cupón a cupón cada domingo con partidos como el de ayer, en el que da vida a un rival que está totalmente entregado hasta hacerlo rejuvenecer y ponerle las cosas muy fáciles para que consiga algo positivo.

Ayer el Almansa se fue al descanso muerto, y en el segundo tiempo una bombona de oxigeno llamada Algeciras Club de Fútbol le insufló vida, hasta el punto de estar a punto de llevarse la victoria si no es por la magnánima actuación del colegiado Méndez Núñez, que no quiso ver un penalti clarísimo en el área de Javi Fernández en los últimos minutos, y que podría haber significado el 1-2, que sí hubiera hundido definitivamente al equipo rojiblanco en la miseria.