BARCELONA. De Madre, junto a Maragall, entrega una planta de romero a Zapatero tras el Consell Nacional del PSC, al que por primera vez asiste un secretario general del PSOE. / EFE
ESPAÑA

Zapatero pide a ERC que apoye el 'Estatut' y acusa al PP de no importarle España

El presidente culpa a los populares de exacerbar el anticatalanismo y de dividir a los españoles Maragall opina que sería un «fraude histórico» romper el tripartito por un acuerdo PSOE-CiU

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Zapatero realizó ayer un último llamamiento a ERC para que dé su apoyo al Estatuto durante su tramitación en la Comisión Constitucional del Congreso, que hoy empezará a discutir la propuesta. Sin mencionarlos de forma expresa, el presidente del Gobierno instó a sus socios a cambiar de estrategia y a mirar al futuro porque el acuerdo estatutario brindará «más autogobierno», estabilidad y posibilidades de crecer a Cataluña.

En tono conciliador, el jefe del Ejecutivo se dirigió a todos los partidos y de forma especial a los republicanos para pedirles que piensen en el bien del pueblo catalán, que dejen a un lado los cálculos electorales y que se sumen al acuerdo «no resignadamente, sino con entusiasmo». Les aseguró que aún hay margen para ello porque la Comisión Constitucional debe todavía «terminar esta obra» que, confió, «va a durar mucho tiempo».

El gobernante acudió a un acto de partido en Barcelona para presentar el principio de acuerdo del Estatuto a falta de que las Cortes den luz verde al texto y ERC se sume al consenso. Así, clausuró la reunión del Consell Nacional del PSC, en el que nunca antes había participado un secretario general del PSOE, y explicó las bondades del pacto que alcanzó con el presidente de CiU, Artur Mas. En este sentido, explicó que el Estatut «no da a luz un nuevo modelo territorial en España, sino que pone luz al modelo territorial vigente que permite desarrollar la Constitución» porque facilita más autogobierno y aclara la relación entre el Gobierno central y el de la Generalitat. De este modo, insistió en que el texto no supondrá una ruptura con el modelo territorial vigente, sino que lo desarrollará para facilitar el autogobierno de Cataluña y mejorar las relaciones entre las administraciones central y autonómica.

Reproches a los populares

Ademas, subrayó que la cesión a las autonomías del 50% de la recaudación del IRPF es «lógica» y supone una modernización del sistema de financiación, pero advirtió a los partidos catalanes de que la solidaridad «seguirá siendo la clave de bóveda del sistema».

Asimismo, pidió respeto a la identidad de Cataluña y en este punto denunció que el PP «exacerba sentimientos» anticatalanes y «enfrenta territorios» y le acusó de no preocuparle España, sino quién gobierna, y de querer enfrentar territorios. «Quien enfrenta territorios no tiene ni ideas ni futuro, y eso es lo que le pasa a la derecha de este país», sentenció.

No obstante, el dirigente se mostró convencido de que todos los partidos apoyarán en un futuro el Estatuto «porque es bueno para Cataluña y para España» y que unos lo harán en los próximos meses con su voto mientras que otros (en referencia al PP) no. Pero los populares, puntualizó, lo aceptarán en un futuro y cuando gobiernen no propondrán su derogación ni tampoco su modificación. «Todos seremos testigos de ello», destacó.

En otro momento de su intervención, el presidente instó a Cataluña a expandirse en lugar de crecer hacia dentro y ensimismarse con las políticas de identidad, y pidió a los socialistas catalanes que sean «muy exigentes» y trabajen para garantizar «que nadie se pueda sentir discriminado por razón de la lengua». «El catalán es una lengua de todos los españoles y el castellano es una lengua de todos los catalanes», resaltó.

También intervino en el acto Pasqual Maragall, quien consideró que sería un «fraude histórico» que el acercamiento entre el PSOE y CIU y la hipotética participación de los nacionalistas en la gobernabilidad del Estado tuviera como contrapartida «poner en duda la mayoría progresista» en Cataluña. Apostó por contar con CiU en Madrid, pero recordó ante Zapatero pasadas actuaciones de los convergentes y advirtió que se pueden repetir en el futuro. «Hay quien puede pensar que lo que hicieron los nacionalistas con Serra y con González pueden hacerlo también con Zapatero, es posible», aseguró.

Precisó que buscar el apoyo de CiU en Madrid es «enormemente importante» y «positivo», pero insistió en que eso «no debe hacerse al precio de poner en duda la mayoría del gobierno progresista de Cataluña». Maragall destacó también la necesidad de que el PSC «influya de manera suficiente en España», porque ayudará a que «los catalanes consideremos a España como propia y que España no considere a Cataluña como un territorio sospechoso». «Cataluña no es un problema, es una solución, una de las mejores soluciones para el problema de España», agregó, e indicó que el PSC trabaja para «solucionar los problemas, a diferencia del nacionalismo».

Pide atención para ERC

Solicitó a Zapatero que atienda las peticiones de ERC, dado que «no es difícil comprender que las rebajas de CiU hayan caído mal». De esta manera, pidió al Ejecutivo que sea comprensivo con ERC porque «parte de sus planteamientos son justos y razonables».

El dirigente catalán se mostró convencido de que «el Estado de las Autonomías cambiará con Cataluña como protagonista» y «cambiará la nación de naciones» que, a su juicio, es España. Esto será así, según dijo, porque «lo más profundamente español de España es Cataluña», y «no hay nada más antiespañol que negar la personalidad catalana». Defendió la reforma del Estatuto, porque contribuirá a la «apertura» y a «la pluralidad de España, a la pluricapitalidad, a la descentralización del Estado», y acabará con «la realidad convencional» de Cataluña creada por el nacionalismo catalán, «resultado del esfuerzo casi patético de negar la españolidad oficial de Cataluña».

Por su parte, el primer secretario del PSC y ministro de Industria, José Montilla, abogó por blindar el futuro del Gobierno del tripartito catalán y agotar la legislatura, y se mostró a favor de que Maragall se presente a la reelección, porque ha demostrado una «gran dignidad institucional», aunque haya tenido que aguantar «muchas deslealtades» por parte de la oposición.