Economia

La concentración de Gas Natural y Endesa reorganizaría el sector energético español

El Ministerio de Industria trabaja desde hace tiempo en un nuevo marco regulador La gasista obtendrá más recursos para propiciar la OPA en el mercado de valores

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La concentración de Gas Natural y Endesa, si sale adelante en el mercado de valores, permitirá al Gobierno promover una reorganización del sector energético español que remueva dos de sus principales desequilibrios: los desfases de la tarifa eléctrica y la escasa competencia real en el gas. Las condiciones que el Ejecutivo ha puesto a la operación permiten conocer que, en el diseño del futuro mapa, Gas Natural, Iberdrola y Unión Fenosa van a salir reforzados.

El Ministerio de Industria trabaja desde hace tiempo en un nuevo marco regulador para el sector eléctrico. El mercado mayorista no funciona, la tarifa no cubre costes, hay cuestiones heredadas -los famosos CTC- que requieren una solución definitiva... Sin olvidar la necesidad de avanzar en la liberalización -vía trasposición de normativa europea- y en la creación de un verdadero mercado ibérico, así como en el aumento de las conexiones internacionales.

De todo ello informó José Montilla de forma somera en el informe que presentó el pasado viernes al Consejo de Ministros. Puesto que la concentración era el primer paso, Industria se reservó las propuestas para más adelante. En las condiciones impuestas a la concentración de Gas Natural e Iberdrola hay pistas que apuntan algunos rasgos del nuevo diseño.

Si el Consejo de Gas Natural decide el próximo miércoles seguir adelante con la OPA, la gasista sube el precio y los accionistas de Endesa venden, el gran sector del gas y la electricidad se reorganizará sobre la base de un gran grupo mixto con mayor peso del gas (Gas Natural), otro más decantado por la electricidad (Iberdrola) y un tercero (Unión Fenosa) que podría crecer en los dos segmentos de negocio.

«Remedios», superados

Gas Natural acompañó su OPA con unas propuestas de «remedios» -así se llaman las iniciativas sugeridas para atenuar los efectos de la concentración- que se han visto superados en la autorización condicionada del Gobierno. En grandes rasgos, la empresa resultante será más pequeña y tendrá limitado el crecimiento a base de compras. Pero esa imposición también le permite obtener más recursos de las ventas, unos 10.000 millones de euros frente a los 8.000 millones previstos.

Ese desahogo ayudará a cumplir unos requerimientos que son la verdadera llave técnica de la operación. El Gobierno sólo decide en las cuestiones de competencia, pero no hay que olvidar que la Comisión Nacional de la Energía impuso a Gas Natural unas exigencias relativas a su actuación en el mercado regulado que debe cumplir.

La CNE se reservó la posibilidad de volver a analizar la situación si la gasista modifica las condiciones de la Oferta Pública de Adquisición de Endesa, algo que el mercado da por descontado.

Para velar por el suministro eléctrico, y como garantía de que la empresa resultante de la concentración de Gas Natural y Endesa tiene músculo financiero suficiente para realizar las inversiones necesarias, la CNE condicionó su autorización a que la deuda financiera neta de Gas Natural- Endesa no supere en 5,25 veces el beneficio bruto de explotación (Ebitda) de la compañía. En los actuales planteamientos de la OPA, esa relación está por debajo del tope establecido en unos 4.500 millones de euros.

Tercer colchón

La Comisión de la Energía quiso ser coherente con su historia. Cuando vetó la OPA de Gas Natural sobre Iberdrola argumentó que no podía dar su autorización a expensas de que Gas Natural decidiera más tarde mejorar las condiciones de la oferta y dilapidara unos recursos necesarios para garantizar las inversiones.

La CNE se cura en salud y ahora ha puesto un tope, a primera vista bastante holgado. Subir la oferta le cuesta a Gas Natural unos 1.000 millones por cada euro. Pero dispone de un tercer colchón: si decide aumentar el precio ofrecido en la OPA, recuperará el dividendo correspondiente a las plusvalías de la venta de Auna, que Endesa pagará el próximo julio.