TELEVISIÓN Y RADIO

Risa kamikaze

Los seguidores del mítico programa japonés 'Humor amarillo' se reencuentran hoy (14.25 horas) en Cuatro con este espacio de culto

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Uno de los mayores misterios de la Humanidad, después del origen del Big Bang y la desaparición de los dinosaurios, es la afición de los japoneses a los mamporros. Y es que la milenaria cultura nipona es extremista: o resulta de una sutileza casi sobrenatural -véanse las geishas, los haikús, los arreglos florales o la ceremonia del té- o se pasa de bestia e inventa los kamikazes o el ritual del harakiri.

Así que no es de extrañar que el programa televisivo más exportado por el país del Sol Naciente sea el mítico Humor Amarillo, un espacio dirigido y, a veces presentado, por el famoso y polifacético director de cine Takeshi Kitano. Tampoco es raro que sea un título de culto allá donde se ha emitido; de hecho, en Gran Bretaña tiene millones de seguidores e incluso club de fans. Y, aunque aquí el fenómeno no ha llegado a tanto, la noticia de que Cuatro emite desde hoy el concurso ha causado un gran revuelo en Internet.

De este modo, quienes allá por los noventa, cuando Telecinco ofrecía el programa, lloraron de risa con las demenciales pruebas a las que eran sometidos los concursantes -¿recuerdan al célebre Chino Cudeiro? ¿Y las tortas que se pegaban tratando de cruzar un río de zamburguesa en zamburguesa?- están de suerte. Cuatro emitirá, los sábados y domingos a partir de las 14.25 horas, los cien programas, que ahora incluirán imágenes y pruebas que en su día no se vieron en España.

Comentaristas nuevos

Los nuevos contenidos no son la única novedad. El concurso no contará con los comentarios ya clásicos de Juan Herrera y Miguel Ángel Coll. Ahora los encargados de mofarse de los sufridos concursantes y de subrayar sus leñazos son Fernando Costilla y Paco Bravo, unos «grandes fans del programa», que se deshacen en elogios al hablar de sus antecesores y que, para regocijo de los más puristas, respetarán los nombres de algunas pruebas y al célebre Chino Cudeiro.

«Luchamos contra la memoria -admite Fernando Costilla-, y eso es algo muy difícil, porque los que seguían Humor Amarillo hace 10 o 15 años tienen ya un recuerdo muy personal del programa, pero lo que está claro es que sigue funcionando».

Según los nuevos comentaristas, que han trabajado en El Informal y Pecado Original, el tiempo no pasa en vano, y actualizar el concurso era «inevitable», ya que algunos chistes se habían quedado viejos, o hacían referencia a temas de una actualidad que para los televidentes ya es Prehistoria. Y, narrativamente, también le hacía falta algún arreglillo, tal y como explica Costilla: «Ahora se respeta más la estructura original del concurso, cuya versión original se llama Takeshi's Castle, metemos personajes nuevos, como una friki a la que hemos bautizado como la defensora del concursante, recursos de la televisión actual pero el espíritu sigue siendo el mismo».

Hoy mismo se podrá comprobar si esto es cierto y si este programa, además de sobrevivir a los años, sigue haciendo la misma gracia en una época donde se enarbolan las banderas de lo políticamente incorrecto o el humor inteligente. «Las expectativas que tenemos son buenas -señala Costilla, con los nervios y la ilusión propias de un estreno-. Humor Amarillo es un clásico que recurre a mecanismos muy básicos para propiciar la risa si ves que alguien se da un leñazo y se levanta riendo, te ríes». Pero esta constatación de que los piñazos ajenos producen carcajada no es, según Costilla, preocupante: «Se trata de algo mecánico».