Cádiz C.F.

Illa, illa.. Madrid es amarilla

Miles de aficionados gaditanos se desplazaron a la capital e hicieron suyos la ciudad y el Santiago Bernabéu

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Unos ciento ciencuenta aficionados partieron junto al equipo desde el aeropuerto de Jerez. El conjunto amarillo estuvo arropado desde primeras horas de la mañana. En la expedición cadista estaban entre otros el alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, y el delegado de Eduación, Manuel Brenes y sobre todo, muchos seguidores, con bufandas y camisetas amarillas. El viaje tranquilo y los jugadores empezaron a calentar... muñecas, de tanto firmar autógrafos en las banderas y bufandas de sus aficionados. Fue un vuelo tranquilo salvo al final, en el que las turbulencias propias del aterrizaje se vencieron con el famoso ¿a por ellos!

Nada más pisar tierra el comentario era unánime. Objetivo: la calle Cádiz. «¿Qué pasa allí, que todo el mundo me pregunta por esa calle tan pequeñita?», pregunta un guardia madrileño atónito.

Allí, cientos de cadistas llenan las inmediaciones de la pequeña vía y dan buena cuenta de los pocos erizos que hacen acto de presencia. ¿Dónde están los erizos?, era uno de los cánticos más escuchados en ese momento.

Pero es lo de menos. Lo importante es pasarlo bien. Banderas, bufandas, camisetas amarillas, fiesta callejera, hombres, mujeres... Carnaval.

A escasos metros, la Puerta del Sol es amarilla y no por el brillo del astro, pues el día está nublado. El alcochol corre tanto como la risa y la euforia y los aficionados ya se preparan para cantar en el minuto siete y en pleno Bernabéu ¿illa, illa, illa, Madrid es amarilla!

Las horas van pasando y la marea cadista se va dividiendo, eligiendo diversos lugares de reunión antes de marchar hasta el estadio madridista. Uno de los más concurridos es la nueva peña madrileña 1910, donde se homenajeó a Pepe Mejías como personaje histórico del cadismo. Ayer precisamente era su cumpleaños. Junto a él estuvieron Pepe Mata y Fernández Cubero, a la vez que los medios de comunicación. Robinson dio un discurso muy emotivo. En los aledaños del estadio varias peñas pusieron sus pancartas en un clima de armonía. Tomaron las últimas copas y entraron en el campo.