¡Y un jamón!

Hay embustes, mentiras e informes de la Organización Mundial de la Salud. ¿Qué les ha hecho el jamón de Jabugo a estos señores de la OMS para que lo insulten de esa manera en su informe sobre las carnes cancerígenas? Y quien dice Jabugo dice Cumbres Mayores, o Cortegana, o Guijuelo, o Trevélez o cualquier patria gloriosa del pata negra, mote que los que no saben le ponen al jamón ibérico serrano de bellota. El informe de la OMS es, en jamonística materia, como decía el gran jefe africano que era el jamón distinto al que le ofrecía Bertín Osborne en aquel anuncio de la tele: «Está malanga». La OMS está malanga con el jamón.

Yo no sé respondiendo a qué ocultos e inconfesables intereses, untamiento de manteca o presión de lobby, el caso es que cíclicamente la OMS nos dice que son mortales de necesidad alimentos que luego (quizá cuando les han dejado de soltar la tela a los expertos) resulta que son gloria bendita.

Pasó con el pescado azul. Hubo un tiempo en que dijeron que el pescado azul era malísimo, que, como en el anuncio de Yemas El Ecijano, «casi tós parman». No había quien comiera una sardina y sufrieron grave quebranto los pescadores caleteros que por las esquinas de los Callejones gaditanos pregonan: «¡Caballas p’asá!». ¿Qué pasó? Pues que se esfumó de pronto el peligro asesino del pescado azul y dijeron todo lo contrario: que era una maravilla contra el colesterol malo y que lubrificaba las articulaciones que era un portento.

Antes le había tocado al aceite de oliva. Traduzco: presumo que antes les habían dado un toque a los presuntamente trincones expertos de la OMS los productores, envasadores y comercializadores de aceite de girasol o de soja. Y se apresuraron a decir que el aceite de oliva, fíjense ustedes, nada menos que el aceite de oliva virgen de Baena o de Antequera, de Guadalcanal o de Osuna, era malísimo para el colesterol, para el estómago e incluso para la clasificación del Betis en la tabla. Hasta que al poco tiempo el aceite de oliva pasó directamente del infierno al paraíso: de nocivo para la salud a ser hasta tal punto saludable que los japoneses, que saben tela, se lo toman en ayunas en monodosis como farmacéuticas, pues es el mejor laxante mañanero junto con medio vasito de agua templada.

Ahora nos vienen con las carnes rojas y con las procesadas. No sé cómo no han protestado los rojos españoles de Podemos, del PSOE y de IU por esa ofensa a sus carnes correligionarias cromáticas. ¿Qué? ¿Que hay que tomar carnes fachas en vez de carnes rojas? Y tampoco sé por qué no han protestado los de la Gürtel y los de los ERE, porque la OMS va contra ellos. Contra los chorizos, que han sido perfectamente definidos en el informe: «carne procesada». Carne de imputación, vamos.

Bueno, pues a todos estos señores que no saben una papa ni de jamones ni de embutidos y que tan nociva alarma han creado me los traía yo a Benaoján. O a Vejer de la Frontera, donde se ha celebrado el «Día Internacional del Lomo Metío en Manteca» sin que se haya enterado la ONU. Pó peó pá la ONU. Y luego me los llevaba a Cumbres, a que probaran el salchichón La Valla. O a Vic, para que se pusieran del mentado salchichón hasta las cejas. Por no hablar de la extremeña caña de lomo de Joselito. ¡Qué va a ser eso malo para la salud y qué cáncer ni qué niño muerto! Alguien les ha untado manteca (y no precisamente de lomo de Benaoján) a estos tíos de la OMS, y por eso largan contra el jamón lo mismo que dijeron contra el aceite de oliva y contra el pescado azul. ¿Pero ¿cómo va a producir cáncer un jamón? ¿Pero estos señores saben la alegría que te entra por el cuerpo cuando llegan las Pascuas, llaman al timbre y es un mensajero que te trae un jamón de aguinaldo de Navidad? Seguro que nunca nadie les ha mandado un jamón de regalo, por eso largan. Ni han leído a Jesús de las Cuevas, cuando dijo en su Arcos de la Frontera: «Del cerdo me gustan hasta los andares». Pero en cuanto les manden un jamón estas Pascuas, dirán lo mismo que yo: «¿Que el Jabugo produce cáncer? ¡Y un jamón con chorreras!».