Álvaro Ybarra Pacheco, Director de ABC de Sevilla

Desencanto general

La asunción de responsabilidades no debiera terminar aquí. La dimisión de Esperanza Aguirre apunta a Rajoy y a toda una generación de dirigentes

Álvaro Ybarra Pacheco, Director de ABC de Sevilla
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Esperanza Aguirre asumió ayer su responsabilidad política y dimitió como presidenta del PP de Madrid. La gravedad de las pruebas desveladas por la investigación de la Guardia Civil en relación con la trama Púnica y las actividades de Francisco Granados, el ex secretario general de los populares madrileños actualmente en prisión, no le dejaba otra salida. Pero la asunción de responsabilidades de un PP en estado catatónico no debiera terminar aquí. La dimisión de Esperanza Aguirre apunta a Rajoy y a toda una generación de dirigentes que alguna responsabilidad, aunque sea por omisión, tendrán en esta sucesión de escándalos de corrupción que mantiene desencantados y perplejos a una buena parte de sus votantes.

En esta situación no deben sorprender los resultados arrojados por el último barómetro de GAD3 para ABC.

Una mayoría de españoles quiere que se repitan las elecciones y, de paso, que ni Rajoy ni Sánchez sean los candidatos de sus respectivos partidos. Esta mayoría de españoles es cada vez más amplia a tenor con la encuesta de intención de voto que publicamos hoy, que pone en evidencia la pérdida de apoyos registrada por los dos grandes partidos desde el 20-D. Si los actuales dirigentes del PP y del PSOE no asumen sus responsabilidades la debacle, antes o después, está asegurada para ambos.

El bloqueo institucional provocado por el distanciamiento entre PP y PSOE, además de la corrupción, no ha hecho sino incrementar la incertidumbre y la inestabilidad política, lo que han aprovechado los radicales populistas y los independentistas para acercarse a sus objetivos. El PNV, una de las fuerzas con las que quiere pactar Sánchez, ya enseñó el sábado en Pamplona su hoja de ruta hasta 2020: una «segunda transición» en la que País Vasco, Cataluña y Galicia tengan «encaje» en el territorio español, previa aprobación del derecho a la autodeterminación y la consulta popular. Otra vez el viejo intento de obtener privilegios sobre el resto de comunidades desde la amenaza política. Andalucía debe tomar buena nota tanto de la oportunidad de acometer una regeneración política como de blindarse ante quienes pretenden aprovechar la coyuntura para dejarnos descolgados con sus insolidarias aspiraciones.

@aybarrapacheco

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