opinión
Gol a Gol
El fútbol era tan reciente que muchos jugadores carecían de nombre y para mencionarlos había que señalarlos por el número
Unos años después, frente al pelotón de fusilamiento (tuitero), me da por recordar aquella tarde remota en que mi padre me llevó a conocer el fútbol. Chapín era entonces un estadio moderno que había construido a la orilla de una vía de tren que se precipitaba sobre las aguas diáfanas de la Bahía un tal Pedro Pacheco, que tenía unos cojones enormes como huevos prehistóricos. El fútbol era tan reciente que muchos jugadores carecían de nombre y para mencionarlos había que señalarlos por el número.
Perdón por este arranque garcíamarquiano, pero es lo que me ha inspirado el regreso del mítico espacio Gol a Gol a la programación de Canal Sur. Me he acordado, entre otros momentos, de aquel partido de fines de siglo en que pisé por primera vez un estadio de la mano de mi padre para ver perder a nuestro Granada contra el equipo de mi abuelo Paco, el Xerez Deportivo. No soy el único al que se le han disparado los recuerdos con la buena nueva, y es que muchos millenials hemos mamado el balompié en la autonómica andaluza. Es como si volviese La Banda.
Acaso por Canal Sur 2 fue donde pude seguir por primera ocasión al equipo de mis entretelas. Corría el año 98 y me recuerdo junto a mi progenitor ante la pequeña tele culona del cuarto de los trastos ‒aquella en la que yo jugaba a la PlayStation‒: él solamente me dijo que los de rojiblanco eran los nuestros. Desde entonces soy devoto de esas franjas colorás horizontales y de ese escudo de la bala y la granada. Como diría Sabina, a mí me ponen cachondo esas rayas. Mi padre sembró una pasión y Canal Sur, con sus resúmenes dominicales y sus retransmisiones en directo, se encargó de regarla semana a semana, gol a gol.
Vuelvo a pedir disculpas, esta vez por la cursilada. Dicho lo cual, con el programa conducido por Ángel Acién tengo hasta anécdotas. Como aquella mañana de domingo en que sorteaban un reloj entre los espectadores y me dio por marcar el número que indicaban en pantalla. Colgué tal como me saltó la centralita. Pero recuerdo perfectamente que ese día fuimos a almorzar a la Venta Vargas y me tiré toda la comida, casi sin probar bocado de la preocupación, preparando una excusa convincente ante mis padres para cuando me trajeran el peluco a casa. Claro que también a esa edad creía que los niños se hacían por el intercambio salival al besarse el hombre y la mujer.
Eran tiempos en que sólo echaban un partido de Liga a la semana y era por la autonómica los sábados. Todos, nos guste más o menos, hemos mamado el fútbol narrado por el jerezano Manolo Ladrón de Guevara. A mí me encantaba su voz grácil y cantarina hasta el punto de imitarlo narrando jugadas que me inventaba con una pelotita de plástico en el pasillo de casa. No tenían mierda las paredes de los pelotazos.
Y llegar a clase con los párpados ligados por un ejército de legañas por culpa de Gol a Gol. No teníamos internet, o al menos Youtube, con lo que si queríamos ver alguna imagen de nuestro equipo que solía militar en el grupo IV de la 2ªB había que quedarse el domingo de madrugada hasta el final del programa. Todo por 45 segundos de resumen, pero ya saben que en el amor da igual 90 minutos que un nanosegundo en el metaverso.
En Gol a Gol he visto las lágrimas de mis paisanos por un ascenso frustrado, que ya se daba por hecho, ante el Real Murcia. He visto regresar al equipo de Tercera goleando al Guadalajara. También a nuestros futbolistas arrodillados ante el palco pidiendo para comer. Mas afortunadamente las últimas imágenes que tengo del programa es la de los míos festejando la vuelta al fútbol profesional 35 años después. Ya entonces vendría la modernidad de la mano de Movistar, Gol TV, Dazn, etcétera. Que vuelva Gol a Gol es una gran noticia para sanar nuestra nostalgia y, sobre todo, nuestro ego: recordarnos de dónde venimos. Mañana a las 11 de la noche pondremos Canal Sur: eso sí, espero ver goles de Uzuni en el primer resumen del Granada CF.
