La urgente autoestima

i nadie es capaz de nada sin tener cierta concordia consigo, resulta lógico pensar que la norma puede aplicarse a los territorios. Cádiz, la provincia, la más meridional de la Península, el puente mítico entre Atlántico y Mediterráneo, entre África y Europa, entre Oriente y América, tiene otra ocasión para pensarse. No para cantarse ni flagelarse. Ambas cosas las hace muy a menudo. Se trata, una vez más, de conocerse, de admitir virtudes y desventajas, potencias e inconvenientes inevitables para convenir que es un lugar privilegiado, en mitad de muchos mundos. Tiene una posición que puede parecer periférica cuando nos ponemos pesimistas pero resulta estratégica si nos da por ilusionarnos. Se trata de llegar a un acuerdo con nosotros mismos para sacar brillo a nuestro presente.

Basta de glorificar el pasado y dibujar un futuro que nunca llega.

Es lo que somos, lo que hay, ahora y aquí. Puede que sea más de lo que creemos. Quizás somos una tierra de poco creer en lo propio, en lo terrenal. Una vez establecida esa realidad, por dura que sea, hay que llevarla a la acción.De nada servirá, otra vez, la divagación sin acción, la parálisis por análisis, la negociación sin actuación. La Diputación de Cádiz festeja hoy el simbólico 19 de marzo, el Día de la Provincia. Este ritual de afirmación cumple su vigésima edición y es buen momento para reivindicarlo, para reivindicarse. Manolo Sanlúcar, que será distinguido como Hijo Predilecto, la empresa Cepsa; el dibujante Carlos Pacheco; la Asociación de Criadores de Raza Payoya; El equipo de la película ‘Techo y comida’; las almadrabas de Tarifa, Barbate y Conil; Radio Cádiz o las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl son, otra vez, ejemplo vivo de lo mucho que puede hacerse desde aquí para la gente de aquí pero también para Andalucía, España y la humanidad, como diría el himno. Es cuestión de creer que no de fe. Porque sólo hay que confiar en lo que se ve. En lo que somos.