OPINIÓN

El terrorismo machista y sus secuaces

El secretario general de Vox, encargado de difundir su intoxicación sectaria contra las políticas de género ...

Antonio Papell

El secretario general de Vox, encargado de difundir su intoxicación sectaria contra las políticas de género con que la sociedad pretende defender a las mujeres de la violencia machista, ha mentido al afirmar que se ocultan las muertes de hombres a manos de sus parejas femeninas. Como han recordado algunos medios, el Consejo General del Poder Judicial publica desde hace años informes anuales sobre sentencias por homicidio y asesinato en este ámbito en los que incluye a los hombres asesinados por sus parejas.

El último informe de esa institución, que recoge las sentencias por violencia de género y por violencia doméstica de 2016, recoge 38 sentencias condenatorias por homicidio y/o asesinato de una mujer en el ámbito de la pareja ¿el 79% del total? y 10 de un hombre ¿21% del total? La autoría de los asesinatos a hombres se atribuye en siete casos a una mujer y en tres casos a otro varón.

El mencionado informe recoge desde 2011 un total de 259 sentencias dictadas por las Audiencias Provinciales y Tribunales con Jurado por homicidio o asesinato por violencia machista en el ámbito de la pareja o expareja, y 47 por violencia doméstica. Entre estos últimos no se especifica si su pareja era un hombre o una mujer. Es decir, se trata del 15% de sentencias de asesinados por parejas o exparejas, y no todos lo fueron por mujeres. En el anterior documento del CGPJ, de 2015, consta que el número de mujeres presuntamente asesinadas por sus parejas o exparejas entre 2008 y ese año era de 485. Mientras, el de varones fue de 58.

En el documento de 2016 se dice de manera textual que «evidentemente, los hombres no son invulnerables a la violencia en el ámbito de la pareja ni las mujeres incapaces de ejercerla. Estos estudios señalan [sin embargo] el desproporcionado mayor riesgo de las mujeres a ser asesinadas por sus parejas o exparejas y evidencian las diferencias en cuanto a la severidad de la misma».

Desde 2004, la violencia de género -violencia ejercida sobre su mujer por su pareja o expareja- tiene un tratamiento penal diferenciado de la violencia doméstica, a la que es de aplicación el artículo 173.2 del Código Penal que persigue a aquel que «habitualmente ejerza violencia física o psíquica sobre quien sea o haya sido su cónyuge o sobre persona que esté o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad aun sin convivencia» o sobre una persona con la que tenga «cualquier otra relación por la que se encuentre integrada en el núcleo de su convivencia familiar», con especial foco en personas vulnerables por ser dependientes. Según el INE, en 2017 hubo en España 2.596 hombres víctimas de la violencia doméstica (más de la mitad, ejercida por sus progenitores). Aquel mismo año, hubo 4.313 mujeres víctimas de violencia doméstica (también más de la mitad ejercida por sus progenitores) y 29.008 mujeres que denunciaron violencia de género, a cargo por tanto de sus parejas o exparejas. Cualquier simetría es por tanto pura fabulación, y la inclusión de todos estos delitos en «violencia doméstica», que es lo que pretende Vox y ahora parece aceptar el PP, es ocultar la realidad, condescender con el terrorismo machista, apostar por la pervivencia del viejo modelo patriarcal en que, en el fondo, se toleraban los crímenes de honor, se permitía al varón que vengara su honra mancillada cuando la mujer le faltaba al respeto o cometía adulterio.

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