Opinión

Promoción U

Ellos son parte de la última hornada de arquitectos formados en el histórico plan de la Escuela Especial de Arquitectura fundada en 1844

Promoción U

Sostenía Borges que la amistad al contrario del amor, no exige la frecuentación. José Antonio Pérez Arévalo es un veterano arquitecto, más aún que yo mismo. Madrileño, hijo de aparejador proyectó en Cádiz a principio de los años 70, una serie de obras muy interesantes en la línea del Team Ten, ese movimiento liderado por Alison y Peter Smithson que, a partir del Congreso Internacional de Arquitectura de Dubrovnik en 1956, renueva el Movimiento Moderno. Trabajos que José Antonio realiza en colaboración con Guzmán Folgueras y Fernández de Castro, como el edificio de viviendas en hormigón visto de 1972, situado en la Glorieta del Balneario ahora Ingeniero La Cierva. El pasado martes día 28, me regaló una reunión con sus compañeros de promoción en la Escuela de Arquitectura de Madrid, algunos de los cuales habían sido profesores míos. Se trata de un grupo entrañable y venerable de respetables maestros, cuyas edades oscilan entre los 80 y los 87 años . Fue una promoción especial por muchas razones, de ella forman parte dos profesionales de sólido reconocimiento internacional; Juan Navarro Baldeweg y César Portela. Juan Navarro fue Premio Nacional de Artes Plásticas en 1990 y Premio Nacional de Arquitectura de España en 2014. Recordé una anécdota de mi época estudiantil, cuando Juan Navarro, me aprobó por curso tras anunciar con severidad que no lo haría. Muy de Navarro Baldeweg convinieron todos.

Ellos se llaman promoción U, porque son parte de la última hornada de arquitectos formados en el histórico plan de la Escuela Especial de Arquitectura fundada en 1844 . Las escuelas especiales se conciben a mediado del siglo XIX para formar cualificados cuerpos técnicos de élite muy especializados, según el modelo napoleónico de organización del Estado. Los estudios de arquitectura en España tienen su origen en el Real Cuerpo de Ingenieros fundado por el rey Felipe V, en el cual se forman los arquitectos militares, no solo para proyectar fortificaciones, sino también otras obras, como expone Fernández Medrano en su libro “El arquitecto perfecto en el arte militar”, publicado en Bruselas en 1700. La arquitectura comienza a distinguirse del conjunto de las ingenierías cuando en 1772 se reorganiza la Academia de Nobles Artes de San Fernando en Madrid, mediante tres Salas; de Pintura, Escultura y Arquitectura, esta última dirigida por Ventura Rodríguez y en la cual se expedía el titulo denominado Perito en Arquitectura.

Con Enrique Barreiro, Federico Melendo y Samuel Quintana, comentamos cómo ellos se titularon justo el mismo año en que yo comenzaba, cuando la escuela especial se había transformado en Escuela Técnica Superior de Arquitectura , desde que el plan de estudios de 1957 integra en la universidad a los centros de enseñanzas especializadas, concebidos a mediados del XIX como escuelas de funcionarios. Me contaron la larga carrera de obstáculos que supuso su ingreso, mediante estudios previos en Ciencias Exactas y unas durísimas pruebas de dibujo, que algunos tardaban en superar hasta diez años, si es que lo conseguían. El plan de 1964 nos lo puso mas fácil, así que muchos de mi generación pudimos hacer la carrera en cinco, seis o siete años, coincidiendo con algunos profesores suyos, como López Durán quien sostenía que un arquitecto debía ser capaz de falsificar a mano un billete de mil pesetas, o Ramón Aníbal Álvarez, todo un personaje. Otros nombres se desenvolvieron entre su generación y la mía, como Rafael Moneo, Antonio Fernández Alba, Alejandro de la Sota. Otros tiempos, que diría mi amigo Pablo Juliá.

Noticias relacionadas

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Ver comentarios