EL APUNTE

La Policía Local se harta

La gestión de un área clave provoca un reguero de quejas internas desde que empezó la década

Todos los partidos lo niegan con furia en las campañas electorales como las que se avecinan y, los que tienen la oportunidad de gobernar, lo proclaman luego, a gritos, como lamento: los ayuntamientos tienen escaso margen de maniobra. Poca financiación y escasas transferencias. Son la primera línea para la reclamación y la protesta, para la petición de ayuda, pero son los últimos de la fila en la administración para manejar fondos y asumir responsabilidades.

Para analizar la tarea política de un grupo en cualquier administración, pocos baremos más fiables que sus propuestas oficiales, la que elevan a los órganos legislativos, ejecutivos, según cada caso. En la instancia municipal, ese seguimiento puede hacerse a través de las iniciativas que cada partido eleva al Pleno del Ayuntamiento. De esos acuerdos (o desacuerdos en el caso actual de Cádiz) cabe esperar la mejora de los servicios públicos que maneja. Son pocos pero esenciales: transporte público, limpieza y Policía Local, es decir, materias relacionadas con el tráfico, recogida de basuras y seguridad ciudadana.

En el tercer apartado, el policial, los incidentes y las quejas han sido un reguero, constante y grave, de denuncias desde que comenzó la década. Sobre todo, basadas en las circunstancias en las que trabaja la Policía Local . Escasez alarmante de plantilla y un lamentable estado del parque móvil que resulta esencial para su trabajo. El resultado es que le cuesta ejercer sus funciones básicas y a los ciudadanos cada vez les resulta más difícil verla por las calles. La desmoralización cunde entre sus miembros. Su función de auxilio ciudadano en caso de emergencia se ve comprometida. Los grandes dispositivos en fiestas como el reciente Carnaval, Navidad o la próxima Semana Santa marcan momentos de especial dificultad. Las debilidades numéricas se vuelven más dolorosas.

Este tipo de situaciones (sean heredadas o no, total o parcialmente) son las que competen a un Gobierno local aquí y ahora, son sus mayores campos de actuación y mejora. Lo fueron y lo serán. De esto se trataba, y no sólo del cambio de nombres de calles y estadios, de ajustar el Concurso de Carnaval, de condenas al terrorismo internacional, el maltrato animal y la homofobia que se dan por descontadas y obvias en cualquier institución, incluso en cualquier ciudadano de buena voluntad. La gestión está en la Policía Local, entre otros departamentos, y no en los pronunciamientos y los eslóganes para redes sociales.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Ver comentarios