El Apunte

La policía como ejemplo de civismo

Las muestras de agradecimiento son una noble reacción, como lo fue en 2017 la recuperación de la bandera de España

El pulso del Gobierno catalán al Estado ha degenerado en violencia y ha borrado el cuento de la ‘revolución de las sonrisas’ para denominar a lo que siempre fue un golpe insolidario y supremacista. Las escenas vistas durante una semana –sí, sólo ha ... pasado una semana desde la sentencia– han despertado en buena parte de la población del resto de España, y también en la catalana, un impulso de reconocimiento y agradecimiento a las fuerzas de seguridad del Estado, con el Cuerpo Nacional de Policía a la cabeza en esta ocasión –como sucedió con las miles de banderas españolas que aparecieron en otoño de 2017, cuando se amagó con una independencia ilegítima que ignora a más de la mitad de los catalanes– el dolor ante el atropello ha resucitado un instinto que durante años ha permanecido hibernando en el interior de miles de españoles. La amenaza de ruptura y el odio hacia lo español que han promovido los nacionalistas catalanes ha hecho saltar ese sentimiento de respaldo a los funcionarios policiales, de unidad y fuerza. Ahora, las concentraciones espontáneas ante las comisarías o los pronunciamientos en favor de la unidad de España, las muestras de cariño y agradecimiento a las fuerzas de seguridad por su trabajo y hasta el lucimiento de la enseña nacional en balcones se han convertido en símbolos de esta crisis institucional que vive el país. La bandera española por fin se puede lucir sin ningún miedo, rubor o vergüenza a que quien la porte sea tachado de facha.

El aprecio a la sacrificada labor de Policía o Guardia Civil, así como el apego a la bandera constitucional de España están por encima de ideologías y nos representan a todos sin distinción. No hay motivos para esconderlos como tampoco los hay para ocultar las banderas autonómicas. Quizás esta sinrazón separatista a la que ha llevado el gobierno del activista Torra a Cataluña ha servido para que los españoles reivindiquen, por un lado, unidad con sus fuerzas de seguridad y, por otro, el orgullo de pertenecer a un país que lleva 40 años de democracia que debemos seguir cimentando entre todos. Las ideologías no deben ser excluyentes y solo el respeto y el diálogo permitirán seguir adelante. Mostrar la bandera o las banderas ha dejado de ser tabú. Todos somos dueños de ellas y a todos nos amparan. Como nuestra ejemplar Policía.

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