La Voz de Cádiz

Otro año sin cuentas

El gobierno municipal se muestra, de nuevo, incapaz de poner en pie unos presupuestos

Regreso a la casilla de salida. De nuevo, a empezar de cero. El Ayuntamiento de Cádiz, otra vez, se enfrenta al riesgo cierto de que las cuentas municipales, los presupuestos de la administración local, cumplan más de dos años prorrogados, sin cambios ni con directrices que puedan aplicar las prioridades de los nuevos gobernantes. El alcalde gaditano, José María González, estaba en la obligación de pisar el acelerador para elaborar unos presupuestos antes de alcanzar la segunda mitad de su mandato. Pero alcanzará el tercero de sus –por ahora– cuatro años en el cargo sin tener un proyecto económico propio. Las cuentas prorrogadas proceden de 2016. Carecer de unas nuevas es un fracaso sin paliativos que no se puede achacar a ningún complot periodístico ni a las oscuras fuerzas del mal interplanetarias. Es un fiasco redondo y completo, responsabilidad única de los primeros responsables. Los dirigentes municipales lo saben, es obvio que las cuentas con las que están obligados a trabajar ya han quedado obsoletas y se necesita un nuevo guión de ingresos y gastos que avale la solvencia del Consistorio.

El alcalde y su mano derecha, David Navarro, han tratado de tapar sin éxito y con mil excusas el error descomunal de incluir una hipotética venta de un espacio municipal (el hotel del estadio) como ingreso. Cuando ese fracaso anunciado y previsible se hizo real, el castillo de naipes se derrumbó.

La redacción de un nuevo presupuesto para un gobierno en minoría no es tarea fácil. Los hechos se han empecinado en demostrarlo durante los últimos dos años. La fuerza clave de la oposición, el PSOE que puede ser la llave para que ese proyecto salga adelante, ha llegado a recusar al concejal de Hacienda. Ese gesto lo explica todo. El acuerdo siempre pareció muy lejano pero ese movimiento, confirmado en un Pleno municipal, parecía definitivo. Finalmente, lo era. Lo es. No habrá acuerdo, las cuentas no cuadran, no hay presupuestos.

La ciudad de Cádiz mantendrá el ritmo pausado y trabado que permite una normalidad burocrática gracias a la profesionalidad de cientos de funcionarios públicos que no tienen una sola idea nueva, una orientación política, una indicación que llevarse a la mesa. Por no tener, no tienen ni presupuesto. No lo tendrán este año y no lo tuvieron el anterior. La capital gaditana mantiene sus servicios gracias a una inercia burocrática que ni la torpeza sistemática de su gobierno local puede romper.

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