OPINIÓN

Obama no se enfada, pero le da coraje

Por un plato de chicharrones, hasta el mismo Barack se salta la dieta y el protocolo

Todos caemos en la soberbia de creernos más listos que quien tenemos como superior. El monaguillo piensa que el cura no tiene ni idea y el teniente, que el capitán falla más que David Navarro anunciando la venta de la Tribuna del Estadio. Pero quienes ... no van a poder decir que saben más que su expresidente son los norteamericanos. Al igual que Julio César aprovechó que estaba en la Bética para visitar una estatua que en Cádiz había de Alejandro Magno, Barack Obama fue a cenar a un restaurante de comida gaditana, ‘Bache’, ya que pasaba por Sevilla. ¿Quién sería tan necio de pisar una patria de la tapa como Sevilla y hacerse la foto comiendo en una franquicia de hamburgueserías? El bigote no hace al líder, pero éste sabe cómo moverlo mejor que nadie.

Aunque en estos niveles todo se rige por las férreas normas que marca la seguridad de quienes hacen del mundo un lugar más inseguro, me gusta fantasear con la idea de que el predecesor de Trump le dijo al chófer «quillo, quillo, para aquí que nos vamos a pegar unos chicharrones». Y claro, Roma locuta, causa finita o, lo que es lo mismo, donde hay payoyo no manda protocolo. Frente a la mesa, quien tuvo que dirimir sobre Oriente Próximo o si éramos amigos o enemigos de Venezuela, tomará una decisión más importante: «¿Compartimos todo o ‘mejón’ cada uno lo suyo y un par de cosas ‘pal medio’?» Superada la sorpresa de su repentino acento, su séquito dirá aquello de «lo que sea mejor para nuestro país... pero que nos pongan antes algo de beber». Como excomandante en jefe de las fuerzas armadas yanquis, le corresponderá, por ley, comerse la última porción de saam de ortiguillas y cuando descubra que alguien se zampó una croqueta de más dirá aquello de «I am not really angry, but I was given courage» (en verdá no me enfado, pero me da coraje).

Cuentan que tras el parto del nieto de Luis XIV, su hijo le dijo al médico «ahora os haréis famoso», a lo que él respondió «si no fuera famoso, ¿habría asistido al nacimiento del futuro rey de Francia?» Que la maltratada Cádiz es una tierra de famosos tesoros lo demuestran hitos como el que ha conseguido Alejandro Alcántara, chef y propietario de ‘Bache’. A los codazos de los políticos que querían hacerse la foto con Obama él ha opuesto las palmas para Barack. Y el cazón. En esta isla llena de piratas, lo más sabio será mostrar bien los tesoros para que no nos los roben.

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