La Voz - El Apunte

Navantia conquista el futuro

El nuevo encargo de Iberdrola confirma su pujanza más allá de la construcción naval

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El nuevo contrato logrado por Iberdrola para desarrollar un parque eólico marino en Mar del Norte abre la puerta del futuro a Navantia. Es la confirmación de su presencia pujante en un sector al alza y certifica que las factorías gaditanas están a la vanguardia en todos los aspectos necesarios para afrontar un encargo de tal envergadura: ingeniería, maquinaria y mano de obra.

El anuncio del presidente de la compañía energética, José Ignacio Sánchez Galán, en Sevilla ayer por la mañana con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y el chiclanero Manuel Jiménez Barrios tiene el beneficio fundamental, siempre esperado, de garantizar más carga de trabajo para la Bahía durante los dos próximos años.

La relación entre Iberdrola y Navantia no deja de crecer desde 2013, cuando se fraguó al aparecer sobre la mesa de ambas compañías el reto de las inversiones en grandes estructuras para energías renovables.

La compañía eléctrica reveló entonces su preferencia estratégica por la apertura de dos grandes complejos eólico-marinos. Se trataba del proyecto ‘Wikinger’, en aguas alemanas, y el ‘East Anglia One’, en la costa inglesa. Fue entonces cuando Navantia empezó a pujar para convertirse en proveedor de Iberdrola.

La entrega de un gigante el pasado verano y el encargo confirmado ayer significan que la factoría naval con sede en Puerto Real va ganando esta batalla, que va por delante a la hora de convertirse en productor preferente para la energética que tiene intereses por todo el mundo.

La construcción de estas plataformas significa para Navantia su entrada en el futuro, la calma para la plantilla, un motivo de actualización permanente para sus equipos técnicos y una entrada por la puerta grande el negocio off-shore (las grandes plataformas energéticas situadas sobre el mar). Es el triunfo de la diversificación imprescindible. Navantia, para ganar peso, plantilla y encargos, necesitaba hacer más que barcos, ampliar su oferta hacia otros sectores ajenos a la construcción naval. Lo ha conseguido. Ya sabe hacer mucho más y mejor que casi todos sus competidores.

Este camino, el del trabajo en equipo y la excelencia, no el de las movilizaciones, era el que podía dar un futuro a las familias de los cientos de trabajadores implicados en este empeño.

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