La caja tonta

Sabiendo que todo lo que se deriva de lo audiovisual es un canal muy potente para transmitir mensajes, ideas, valores y principios, cuando se habla de dar la batalla cultural, habría que empezar por ahí

Antiguamente, a la televisión, se le llamaba la "caja tonta". El argumento era simple: en la televisión, a diferencia de la radio o la prensa escrita, la imagen y el sonido son un todo, no dando lugar al espectador procesar con su imaginación y criterio ... la información que le llega.

Este mote es, sin duda, injusto. La televisión aporta multitud de contenido de interés y sus profesionales suelen gozar de prestigio. Sin embargo, en su programación, encontramos de todo.

La televisión ha ido perdiendo la relevancia que en su día tuvo, aunque muchos siguen siendo, todavía, habituales consumidores de este medio. Millones de espectadores cada día y cada noche, siguen las noticias en el telediario de cualquier cadena de televisión. Millones de espectadores ven programas de entretenimiento o "magazines" que destripan la actualidad.

Horas y horas delante de una pantalla a los que se suman los cientos de anuncios que procesamos cada día. Horas y horas que influyen en nuestra manera de ser, pensar y sentir. Horas y horas que definen nuestros gustos y sueños. Bebemos una bebida determinada porque la vemos anunciada por la televisión, nos interesamos por una cierta marca de coche porque nos gusta su “spot”. Incluso, nuestros primeros amores platónicos y primeras parejas idílicas son fruto de series, películas o de la publicidad de alguna marca. Nos apasionamos por una prenda de ropa porque algún personaje televisivo los ha puesto de moda.

Tanto influye la televisión en nuestra forma de entender la realidad que las empresas pagan cantidades desorbitadas por unos segundos de publicidad. Ahora, al fenómeno televisivo hemos sumado una “caja tonta” más: todo lo derivado de internet. Pasamos horas y horas consumiendo contenido que se encuentra en la red. Incluso, gastamos parte de nuestra vida observando la vida de los "nuevos" famosos de la segunda década del s.XXI, los "influencers", como si fuera adictivo.

Por eso, sabiendo que todo lo que se deriva de lo audiovisual es un canal muy potente para transmitir mensajes, ideas, valores y principios, cuando se habla de dar la batalla cultural, habría que empezar por ahí.

Quien quiera defender un modelo de sociedad distinto al actual, en el que la razón vuelva a tener el peso específico que merece, está muy bien que lo haga desde el ámbito de la política pero es, quizás, igual de importante lo haga, también, en este campo: el de lo audiovisual. Y es que, la deriva de nuestra sociedad es fruto no solo de algunas políticas, sino de los valores que propugna la televisión, las películas, la publicidad y gran parte del contenido audiovisual que hemos consumido en los últimos años.

Por eso, sin estridencias, sin mensajes forzados, con profesionalidad, se pueden conseguir muchas cuestiones para plantear esa alternativa. Y es que, un documental que explica el desafío que supuso acabar con el terrorismo de ETA para la sociedad, conciencia a toda una generación de jóvenes. Una película a favor de la vida, nos hace reflexionar sobre caminos alternativos que eviten salidas fáciles, inmediatas y que a la larga causan un dolor irreparable. Una serie sobre la corrupción sistémica de un partido y el gasto de dinero público en prostitutas y cocaína en una tierra estigmatizada por el desempleo, ayudaría a evitar que en un futuro repitamos errores que limitan nuestra capacidad de prosperar. Programas de entretenimiento, aunque hablen de política, con una buena producción, atraen y captan la atención de un público más variado que un noticiario nocturno con tertulianos que tratan temas excesivamente trillados.

Aprovechando, por tanto, que tenemos multitud de "cajas tontas" en la actualidad, multitud de lugares donde crear contenido, luchemos por información veraz, plural y con valores diferentes. Que lo que se produzca no tenga un único sesgo y que sea verdaderamente libre. Que lo que a algunos les parece la "caja tonta" se convierta, definitivamente, en la "caja inteligente" que despierte conciencias.

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