OPINIÓN

Los males de la Semana Santa: La idolatría

Hay cofrades, o personas que se hacen llamar cofrade, que no tienen la más mínima idea de cómo comportarse ante el Sagrario

Existe en la Semana Santa y, por ende, en muchas personas que integran nuestras Hermandades cierto grado de idolatría. Recuerdo una anécdota que me ocurrió siendo miembro de junta, hablando una tarde que un grupo de persona sobre la religiosidad de las Hermandades les dije ... que el Señor en verdad es una Imagen bendecida pero que no es el verdadero Señor, que es un medio para acercarnos al de verdad, al que se encuentra en el sagrario de la iglesia, que sí que es el Señor. Esta afirmación me costó más de un improperio, y que por poco me llevaran a la plaza de la Catedral y me quemaran en una pira por blasfemo, cuando los que estaban cometiendo el error eran ellos.

Hay cofrades, o personas que se hacen llamar cofrade, que no tienen la más mínima idea de cómo comportarse ante el Sagrario. Me acuerdo de otra anécdota que me hizo preguntarme si de verdad esto merecía la pena. En una salida procesional, hace muchos años, me tocó ir en la ante presidencia de la Hermandad junto con otros dos hermanos de fila, uno de ellos un alto cargo militar que salía junto a su hijo vistiendo el habito. Al llegar a la capilla del Sagrario de la Catedral, estas dos personas se giran hacia donde se encuentra el canónigo de día junto al Hermano Mayor y se arrodillan, dándole la espalda al Sagrario, donde se encuentra el Señor y ante el que hay que postrarse.

Recuerdo una ocasión en la que habiendo parte de agua me tocó, como miembro del Consejo Local, entrar en la Catedral y dirigirme con el Hermano Mayor a la sacristía para reunirnos y ver que se hacía, si continuaban o se volvían para su templo. En ésta estaban los Santos Óleos preparados. Este hombre al cruzarse con el Hermano Mayor de otra Corporación le dijo señalando a las botellas «quien tuviera una telera para hartarse de pan con aceite». La cara del canónigo que estaba allí era un poema y al quedarme a sola con este a mí solo me salía disculparme por dicho comentario fuera de lugar.

Y es que, en torno a nuestras Imágenes titulares hay muchas personas que solo veneran a esa Imagen, a ese Cristo o a esa Virgen, despreciando en muchas ocasiones a otros Titulares de otras Hermandades sin darse cuenta que en el fondo todas representan a Jesús y a su bendita Madre, algunas más agraciadas y otras menos pero todas son el camino para acercarnos al Señor.

Al final, en numerosas ocasiones, los cofrades caemos en la idolatría. Evidentemente que hay Imágenes cargadas de un carácter devocional que conmueve más a la devoción, a la piedad, a acercarnos al Señor pero no es menos cierto que todas tienen a sus devotos y que, por tanto, todas cumplen con su finalidad.

Muchas veces, pienso que algunos y algunas cuando fallezcan y se pongan ante la presencia de Dios lo único que van a presentar como valores es el haber montado unos cultos muy bonitos, haber puesto flores con mucho gusto o el haber cogido los pliegues del paño de altar de forma milimétrica pero habiendo caído en el que quizás sea uno de los peores pecados como es el de la idolatría. Y es que con esa acción lo único que consiguen es convertir a su imagen devocional en un simple ‘becerro de oro’, en un trozo de madera, al que despojan de toda santidad, perdiendo su carácter devocional para el que está orientado.

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