OPINIÓN

Una herida sin cicatrizar

El nuevo anuncio de venta de los terrenos de Delphi transporta a la provincia a su pasado más negro doce años después del cierre de la factoría

Delphi es como una amarga pesadilla que retumba en nuestra memoria cada vez que se habla de futuro laboral en la Bahía. El cierre de la factoría de Puerto Real hace ahora doce años es el vivo ejemplo de la deslocalización industrial y de una ... nefasta gestión política de la que todavía pagamos sus consecuencias. Delphi es una herida mal cerrada que sangra en la conciencia de todos, pero en especial de los sindicatos y del gobierno socialista de la Junta de entonces que no supieron poner los puntos de sutura para que cicatrizara. Las promesas de recolocación que se hicieron para la plantilla coincidiendo con varias convocatorias electorales, amén de los 500 millones de euros destinados a poner paños calientes a una industrialización que se dio de bruces con la crisis económica, han hecho de Delphi un culebrón letal para la imagen de desarrollo que persigue la provincia. La oferta de compra de los terrenos que ha lanzado ahora la compañía EBiON nos traslada al pasado laboral más negro de Cádiz. El recuerdo sigue vivo una década después de que la multinacional de la automoción cambiara la Bahía por países emergentes del Este donde la producción de amortiguadores y troncos de transmisión resulta más barata que en el resto de Europa. Los extrabajadores que se quedaron fuera de aquellas promesas de la Junta y que aún peregrinan para acceder al mercado laboral prefieren la cautela y la prudencia ante la iniciativa de EBiON. Saben que en doce años ha habido varias tentativas para comprar el suelo, pero el resultado ha sido decepcionante. La propuesta de EBiON, una compañía especializada en proyectos medioambientales, se basa en comprar el suelo por 6 millones de euros y invertir 30 más en convertir la planta en un nuevo centro de tratamiento de residuos navales. Sin embargo, esta iniciativa empresarial está acompañada de una condición que quizás complica la operación. Los interesados en los terrenos se han tomado cuatro meses para buscar financiación y atar flecos, pero plantean además una modificación de los usos urbanisticos del suelo que obliga a cambiar el PGOU de Puerto Real. El tiempo dirá si estamos ante una propuesta de calado o es una venta más de humo.

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