OPINIÓN

Condenados al subsidio

El aumento de la plantilla de Servicios Sociales es una de las peores noticias del añoen Cádiz y refleja en lo que el Ayuntamiento de Podemos está convirtiendo la ciudad

Las colas en la oficina municipal de Servicios Sociales han sido una constante.

Que el tejido social de Cádiz capital se está deteriorando a pasos agigantados es una evidencia. Que a la mayoría de los gaditanos parece darles igual, también. La ciudad se está convirtiendo en un barrio grande, pobretón, como un polígono de las afueras de Madrid, ... Barcelona o Valencia. Con playa, claro. Y con más sol, por supuesto. Con tortillitas de camarones, faltaría más. Y lo más importante, con Carnaval prácticamente durante todo el año, que por lo visto es lo verdaderamente esencial. Pero el resto, absolutamente todo lo demás, es cada día más cutre. Esa es la palabra. Cutre. Como lo son los integrantes del equipo de Gobierno que dirige nuestros designios urbanos. La capital gaditana es fiel reflejo de quienes nos gobiernan. Cádiz es cada día más mísera, más pobre, más mugrienta. Sus dirigentes están empeñados en igualarnos a todos, pero por abajo. No se trata de una igualdad real, que se traduce en igualdad de oportunidades para todos, sino una igualdad entendida al modo podemita. Es decir, cuanto peor estemos todos, más justificada es su existencia.

Este deterioro del tejido social gaditano no es nuevo, ni exclusivo de la etapa kichiniana. Digamos que siempre existió. Y que se agravó con la crisis. Pero siempre hubo un horizonte, algo a lo que agarrarse. Siempre hubo proyectos en marcha, objetivos comunes para todos los gaditanos, planes de futuro. Pero eso se ha perdido. Y ahí los responsables únicos y absolutos tienen nombres y apellidos como González, Camelo, Martínez de Pinillos –si sus antepasados levantaran la cabeza–, Romay, De la Fuente o Navarro.

Esta semana hemos asistido a la que en mi opinión es la peor noticia de la historia reciente de la ciudad. Y es el incremento de la plantilla de Servicios Sociales en casi 40 trabajadores. En unos tiempos en los que la mayoría de las poblaciones empiezan a respirar un poco más y afortunadamente el número de personas necesitadas de ser asistidas disminuye, en Cádiz parece no tener fin. La economía global mejora y aquí siguen creciendo las necesidades de asistencia social. ¿Por qué? Pues por lo que les decía del reflejo de nuestros gobernantes. Los tópicos de que aquí somos unos vagos, de que se premia el escaqueo y del dame una paguita o un piso siempre han existido. Pero la caída libre actual no tiene parangón. La mediocridad solo atrae más mediocridad. Y lo peor de todo es que Podemos lo vende como un gran éxito. Son nuestros salvadores. Nuestras hermanitas de la caridad oficiales. Gracias por cuidar de nosotros. A este paso, en unos años, la oficina en la que más gente va a trabajar va a ser la de Servicios Sociales. De aquí a un par de años igual hay que meter a otros 40 asistentes más.

En fin, el nivel político es tan bajo que asusta. Dentro de seis meses PSOE, PP y C’s tienen la oportunidad de darle la vuelta al calcetín. La cuestión es si los gaditanos estamos dispuestos a hacerlo.

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