OPINIÓN

El Brexit ya está aquí

Dos años y medio después de la votación llega definitivamente la ruptura, especialmente impactante en una provincia con la única frontera terrestre con suelo británico fuera de las islas

Hace dos años y medio de aquel triste desayuno en el que supimos que, digamos, la mitad más uno de los británicos preferíantirar sin nosotros, los europeos de la unión. Las separaciones siempre tienen algo de tristeza, de rechazo y encono. Los partidarios del ‘leave’ ... obtuvieron el 52% de los votos frente al 48% de los que apoyaban ‘to stay’. Desde entonces, una retahíla interminable de anuncios, negociaciones, rectificaciones y temores ha dado paso a un acuerdo definitivo que será realidad en primavera.

Por más que se hayan atenuado algunos de los peores temores, se trata de una salida total con graves consecuencias económicas para ambas partes. Especialmente sensibles son las repercusiones en el Campo de Gibraltar, donde existe la única frontera –fuera de las islas– terrestre de un territorio ‘semibritánico’ y otro de la Unión Europea. Se asegura que todo está pactado, que no habrá restricciones a la circulación de personas y que los miles de campogibraltareños que dependen de un empleo en ‘La Roca’ no tienen nada que temer. Pero todos tememos.

El 7% de las exportaciones españolas (18.000 millones de euros) tienen como destino Reino Unido. Esto genera un superávit en la balanza comercial bilateral de 5.600 millones a favor de España, un 0,5% del PIB. Sin embargo, si la libra se debilita, nuestros productos resultarán más caros y será más difícil venderlos, mientras que los españoles les resultará más fácil adquirir bienes o servicios del Reino Unido.

Si, por cualquier razón, el libre comercio entre el Reino Unido y España se ve obstaculizado por nuevas regulaciones británicas o europeas, el comercio sufrirá. Los primeros en dar la voz de alarma fueron los bodegueros jerezanos. El Reino Unido es uno de sus principales clientes y se prevé un desplome en las ventas, ya que se tendrán que aplicar nuevos aranceles y subir los precios. Es sólo un ejemplo aislado del impacto del paso en la provincia, más allá de la preocupación principal de la colonia, con buena parte de su sospechosa y boyante economía ligada a miles de familias españolas.

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