Generación tapabocas
La infancia y la senectud han sufrido en sus carnes la pérdida de ese roce tan necesario para hacernos mejores como personas y que nos mitiga los achaques y la soledad
«Luisa y Carlos habían nacido a la vez, eran mellizos. Parecerse, lo que se dice parecerse, no se parecían en nada. Ella era morena, pelo negro, ojos rasgados y una sonrisa encantadora. Él, en cambio, era muy blanco de piel, pelo claro y una ...
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