El APunte
Víspera intensa de Carnaval
La Bahía de Cádiz vive el prólogo de su fiesta grande con ilusión y, sobre todo, con ganas. La procesión de la incertidumbre económica y laboral va por dentro
El fuerte levante que azota a la Bahía de Cádiz desde el pasado viernes no ha sido impedimento para que miles de gaditanos y turistas se echen a la calle a disfrutar de la víspera del Carnaval. Si hace una semana era la 'empanada' popular la excusa para el jolgorio colectivo, ahora le ha tocado el turno a dos clásicos de la prefiesta: la 'erizada' y la 'ostionada'. La familia gastronómica ha engordado también con la mejillonada y la pestiññada. El barrio de La Viña sido este sábado el epicentro de un Carnaval adelantado en sus calles, donde el público ha mostrado la mejor de sus caras a pesar del momento de incertidumbre laboral y económica que vivimos. Durante unas horas y, a partir del lunes, durante dos semanas, las penas se llevarán con menos angustia si cabe y con más sentido del humor. Esa es la grandeza del Carnaval, una fiesta capaz de reanimar al muerto y redimir al sieso. Uno de los datos que evidencian que esta edición será especial lo tenemos, por ejemplo, en la ocupación hotelera en la Bahía. Zonas como Cádiz, El Puerto y Jerez tienen reservas de habitación al 90% para los días clave de la fiesta, que arrancará con toda su fuerza el próximo sábado con el pregón en la plaza de San Antonio a cargo de Joaquín Quiñones. Las expectativas ponen al sector servicios en primera línea de combate para absorber la demanda en hoteles, bares y restaurantes. Nos preparamos, por tanto, para un Carnaval distinto y nuevo después de una pandemia que le obligó a cortar sus alas y buena parte de sus coplas. Ya vendrán tiempos peores para asumir las calamidades. De todas formas, como dice un clásico, la procesión va por dentro y a nadie se le escapa que la luz y el gas siguen por las nubes, que la cesta de la compra está intocable y que el precio de la gasolina-gasoil no cesa de dar vueltas hacia arriba. No llegar a final de mes es un clásico también que ha conquistado a buena parte de la población, incluso a aquella que hace años ni siquiera lo pensaba.
