La Fundación de la Mujer y el sectarismo

Un organismo con tanto por hacer, con tantas a las que ayudar y representar, sigue bloqueado por la manipulación política

La Voz de Cádiz

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El Gobierno municipal de Cádiz ha conseguido quedarse solo en una de sus cruzadas ideológicas. Ya ni el PSOE, cómplice habitual de muchos desmanes por acción u omisión, o las asociaciones representadas respaldan su sectaria y maniquea gestión en la Fundación Municipal de la Mujer. Tampoco debiera extrañar. Ha sido así desde que los actuales ediles llegaran al poder en 2015. Por desgracia, una herramienta llamada a servir a uno de los sectores con más necesidades de la población (como dicen todas las estadísticas judiciales, económicas y sanitarias) parece abonada a la polémica permanente. La Fundación de la Mujer de Cádiz sólo ha tenido resonancia en los últimos años por circunstancias, cuando no anécdotas, ajenas a las numerosas y graves demandas del colectivo al que debe representar y auxiliar. El último es el rechazo, unánime salvo por Adelante Cádiz, del gerente propuesto para un puesto que parece maldito a base de chapuzas. Antes, el ruido llegó por circunstancias igualmente ajenas a su finalidad teórica: unos cursos para mujeres desfavorecidas que incluían técnicas sexuales que no parecían ajustadas a la búsqueda de empleo; la eliminación del busto de una feminista histórica o los muchos años de ausencia de esa figura del gerente que ahora queda de nuevo señalado en lo político, nunca en lo técnico. Poco más. Nada de la utilidad pública que se le supone, de su importante misión de apoyo a las mujeres, siempre marginadas en todos los colectivos, entre los marginados incluso. Siempre con necesidad de esforzarse mucho más para recibir mucho menos de la sociedad. Pero con todo ese trabajo por delante, lo que hay son imposiciones, inservibles escándalos, parálisis y sobreactuación.

La oposición se ha ocupado en los dos mandatos 'kichistas' que ahora acaban de denunciar el «descontrol», la inacción y la «falta de transparencia» en este organismo. La respuesta fue la destitución de un gerente por mero afán ideológico, sin atender a las características del relevado y su labor. Qué más da. Resulta lamentable que todas las decisiones que afectan a las distintas instituciones llamadas a defender los intereses de la mujer estén siempre bajo la amenaza del sectarismo de cualquier signo. La única esperanza, a estas alturas, a estas horas, radica en que las elecciones de 2023 pongan a otros en el Ayuntamiento.

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