Diálogo o bloqueo

Los españoles acudimos ayer a una nueva cita con las urnas en la que muy poco o nada se ha dilucidado. La primera gran conclusión es que todos los vaticinios han resultado erróneos. Los de la totalidad de las encuestas previas publicadas durante semanas por la inmensa mayoría de los medios de comunicación. En mayor o menor medida, prácticamente todas auguraban un triunfo claro del bloque de derechas formado por el Partido Popular y Vox, que no se ha producido. Sólo la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se aventuraba a predecir un triunfo del Partido Socialista, que tampoco se ha dado.

El panorama político que se dibuja desde anoche es la de un PP que ha ganado las elecciones con 136 escaños pero que no alcanza la mayoría absoluta ni siquiera sumando los 33 de Vox. Para alcanzar esa mayoría absoluta (176 diputados) y poder gobernar tendría que aliarse con Unión del Pueblo Navarro (1), Coalición Canaria (1) y el Partido Nacionalista Vasco (5). Y esta última alianza, aunque matemáticamente es factible, resulta harto complicada por el enorme distanciamiento entre el PNV y Vox.

En el otro bando, el bloque de izquierdas, los socialistas han alcanzado –contra todo pronóstico– los 122 escaños, también manifiestamente insuficientes pese a añadirle los 31 de Sumar. Tendrían que alcanzar pactos con varias formaciones para conformar un nuevo gobierno 'frankenstein' aún más complicado que el anterior. Se dibuja, por tanto, un panorama bastante incierto para los próximos meses. Sabemos desde anoche quién ganó las elecciones, pero desde luego no quién va a gobernar. Se abre un periodo de negociaciones, de tiras y aflojas, de reuniones, exigencias y concesiones. Un periodo que se prevé largo y que puede ser un camino que lleve a ninguna parte. Por tanto lo ocurrido anoche no puede considerarse una buena noticia para España. Sí desde el punto de vista de la democracia, pero no si el análisis es estrictamente político.

Ya ocurrió en el año 2019. Hubo que repetir elecciones porque ninguno de los bloques resultantes en las primeras fue capaz de formar gobierno. Y España tiene demasiados problemas que afrontar, demasiados asuntos urgentes por solucionar, como para enfrentarse a una nueva situación de bloqueo. De los actuales líderes de todas las formaciones depende que no vuelva a ocurrir una situación similar.