El Apunte

La inflación toca de lleno al ladrillo

Más de 40 obras públicas quedaron desiertas en Cádiz en 2023 por la subida de los precios

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Uno de los motores que mueven la economía es la construcción y de la evolución de este sector depende en cierto modo la salud de un municipio, de una provincia, de una comunidad o de un país. La fuerza del ladrillo se mide en obras ejecutadas y en inversión de futuro. Pero la construcción tiene su talón de Aquiles. El sector está muy vinculado a la licitación de obra pública, pero no es oro todo lo que reluce. Las administraciones públicas presupuestan nuevas infraestructuras, sin embargo, el problema sobreviene cuando esos proyectos salen a licitación y se quedan desiertos.

Estos es lo que ha ocurrido en Cádiz a lo largo de 2023 que, por segundo año, vuelve a liderar en Andalucía el número de obras que se han quedado en el tintero. Un total de 40 proyectos por importe de 18 millones de euros se han quedado en el cajón del olvido a la espera de una nueva licitación. Los ayuntamientos son los que más han perdido en este sentido con 20 obras desiertas. El motivo de este abandono se encuentra en el incremento de las materias primas, fruto de la pandemia y de conflictos bélicos como el de Ucrania. Más allá de este encarecimiento, el sector reclama erradicar estas ineficacias administrativas, que acaban siendo consecuencia de la falta de realismo de las pujas, que en el momento del concurso público no se ajustan a los precios de mercado. Para evitarlo, instan a un cambio normativo que facilite las actualizaciones de precios. La patronal considera que el problema de las obras desiertas se está enquistando por la inestabilidad de los precios y la falta de un mecanismo capaz de adaptarlos. Y denuncia que cada vez hay más casos en los que apenas una o dos empresas se presentan a una adjudicación (representan casi el 45% de los casos). Son esos los concursos con más opciones de entrar en la fiscalización de la Comisión Europea por el riesgo de amaños entre empresas. Pero también porque las administraciones en muchas ocasiones tardan demasiado entre el momento en el que concluyen un proyecto constructivo y lo sacan a concurso, con los precios de las materias primas muchas veces ya desfasados. Por ejemplo, el hormigón ha aumentado su precio un 30% desde el inicio del año. El hierro ha experimentado un encarecimiento del 40%, pero llegó a ser del 150% en algún momento.

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