El Apunte

El campo, con todas sus letras

El exministro Pimentel acierta cuando sostiene que no se ha dado toda la atención que se merece al sector agrario

Se podría decir que Manuel Pimentel, quien fuera ministro de Trabajo y Asuntos Sociales con Aznar y ahora escritor y editor desde hace años es un visionario cuando habla sobre la situación del campo y se observa todo lo que está ocurriendo o puede seguir ... pasando. Sin embargo, sus palabras se basan en la experiencia. Sus vínculos con Algodonales y también su formación en Derecho e Ingeniería Agrónoma le avalan. Además de todos los estudios que ha hecho al respecto. Ahora presenta un libro cuyo título ya dice mucho, 'La venganza del campo' y en el que no se muerde la lengua a la hora de describir todos los efectos y consecuencias que tiene sobre la sociedad el haberle dado la espalda o no cubrir de la manera que se debe un sector tan necesario. Por ejemplo Pimentel asegura que la sociedad europea se ha olvidado del campo y lleva décadas despreciando a su gente, a sus producciones. Y es entonces cuando se van a vengar con escasez de oferta de alimentos y por tanto con una subida de precio. Y no le falta razón. Solo hay que ir al mercado para darse cuenta de que los agricultores no se están viendo en otra y que llevan años avisando de que iba a ocurrir, que no podían mantenerse con cada vez más costes, más impuestos, con menos agua, con restricciones y con, cada vez, más exigencias. «Claramente vamos a continuar viéndolo hasta que no se consiga un equilibrio», dice el exministro.

Y también, como afirma, Europa y sus políticas han tenido mucha culpa de ello porque, como entiende según su experiencia, los políticos hace mucho tiempo que decidieron que el campo era para pasear y ser sostenibles y ser ecológicos y que para producir ya estarían otros en otro lado. Algo que demuestra la insensatez al abrir esa puerta a terceros que en tiempos de escasez se aprovechan de ello.

El sector ha estallado. Han salido a la calle y es por todas estas razones. No pueden más. Y la atención a sus reclamaciones debe ser precisa y generosa ya que nuestro consumo más saludable depende de ellos. También la economía. La de los hogares, la de la cesta de la compra que no es algo opcional. Si no, y como dice Pimentel, iremos hacia una economía solo para ricos en la que solo ellos podrán comer fruta mientras el resto tomará nada más que ultraprocesados.

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