El apunte

El Ayuntamiento y las excusas de mal pagador

La supuesta deuda que ha dejado el anterior equipo de gobierno nunca puede ser excusa para la parálisis y la falta de ideas. Todos los alcaldes heredan facturas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El alcalde Carlos Díaz Medina, que llegó al cargo en los tiempos de Tierno Galván, cuenta en las entrevistas retrospectivas y melancólicas que se encontró una ciudad tan empobrecida que algunos semáforos estaban apagados. Los cruces de coches permanecían sin regular porque no había dinero para sustituir bombillas o para pagar facturas de suministro en algunas zonas.

Lo dice con la naturalidad del que ha vivido tiempos más difíciles, muy duros, en una España que ya no es. Ojalá que nunca sea de nuevo.

Teófila Martínez ha criticado también, en palabras que resumían su larga etapa como alcaldesa, que encontró las arcas públicas con telarañas. Que todo eran deudas y que, además, había compromisos en marcha, hipotecas sobre proyectos, terrenos y barrios enteros que era imposible deshacer.

Tuvo que tirar hacia delante con el nuevo barrio de Astilleros, el soterramiento y tantos retos más. Los compartiera o no.

El nuevo alcalde, José María González, asegura que su prioridad es establecer y superar la enorme deuda que, dice, le ha dejado el anterior gobierno municipal. Afirma que durante el último mandato de Teófila Martínez, ese lastre se incrementó en nueve millones de euros al año.

Al margen de que sea cierto, al margen de que todo endeudamiento no es negativo, más allá de la legítima denuncia, el nuevo regidor y su equipo deben entender que esa justificación se agota en sí misma. De acuerdo, nadie dijo que fuera a ser fácil. Ningún gobierno local de ninguna ciudad lo tiene fácil. Todos los alcaldes de todos los tiempos, en todos los lugares, han heredado facturas. Usarlas para justificar la parálisis sería un burdo intento de ocultar la falta de ideas.

Ver los comentarios