El alivio empieza a ser esperanza

Es un bucle, diabólico más que melancólico. Cada primero de mes, los ciudadanos ven salir las cifras del desempleo y asisten a las posteriores reacciones que siempre resultan demasiado parecidas, repetitivas. La situación de la que parte la provincia desde hace una década, y no sólo desde la crisis de 2008, impide recibir los números y porcentajes con excesivas alegrías. El número de parados ha llegado a ser tal, tanto tiempo, que resulta necesario un millón de bajadas moderadas para neutralizar su terrible impacto en las familias, en la sociedad.

Con esa prudencia como premisa, con el respeto como condición, cada mes que pasa hay más motivos para la esperanza. Si bien el mercado laboral gaditano sigue sometido a grandes vaivenes temporales, es cierto que las bajadas son cada vez mayores y más sostenidas.

Las subidas, más espaciadas y menos trágicas. El dato conocido ayer, el último y principal, señala que las listas de demandantes de un empleo tiene 6.523 nombres menos al acabar julio. El número total de los que buscan empleo en esta zona de España aún es de 175.072 personas. Con ser preocupante, es la más baja, quizás la menos alta, en cuatro años, desde 2011. El alivio viene acompañado por buenas cifras regionales y nacionales. Andalucía baja por primera vez en lo que va de década del millón de desempleados registrados y en España no se vivía un julio tan fructífero desde el siglo pasado, desde 1998.

Es evidente que una gran temporada turística está detrás de estos números pero también resulta innegable que ya son seis meses consecutivos de bajadas, que el número de afiliados a la Seguridad Social crece como no se recordaba en un lustro y que la situación estimula el consumo de las familias.

Es decir, la rueda gira por fin en sentido contrario a la desazón del paro crónico y extremo. Aunque aún le falten muchas vueltas que dar.