Una nariz electrónica para identificar vertidos

Una nueva técnica española permitirá actuar ante catástrofes medioambientales en tiempo récord

Una nariz electrónica para identificar vertidos FUNDACIÓN DESCUBRE

Charo Barroso

El reconocimiento rápido, limpio y barato de los vertidos que contaminan ríos y mares , así como la localización de qué o quién los ha causado y el modo de eliminarlo, será posible gracias a una nueva técnica desarrollada por un equipo de investigadores de la Universidad de Cádiz: un sistema de reconocimiento de olor configurado en un dispositivo conocido como nariz electrónica. Mediante un sistema matemático, van entrenando al dispositivo que funciona como una nariz humana y que es capaz de detectar el tipo de contaminante en tan solo diez minutos. Estos especialistas del Departamento de Química Analítica se encuentran diseñando aparatos más pequeños que el actual prototipo, lo que permitiría el análisis de las muestras en el terreno, algo que aceleraría los resultados y la puesta en marcha de medidas que permitirian actuar ante catástrofes medioambientales en tiempo récord.

Los científicos han desarrollado huellas dactilares olorosas para poder identificar diferentes vertidos de hidrocarburos como gasolina, queroseno, diésel o aceites lubricantes en diferentes estados acuosos. Huellas que son como fotografías del aroma que presentan las muestras, de modo que en lugar de tener una imagen física lo que obtiene es su esencia.

Las técnicas que se emplean detectan compuestos orgánicos volátiles, que son los que dan origen a los aroma. La nariz electrónica se alimenta de una serie de patrones y modelos matemáticos , de manera que «funciona como un cerebro de memoria para que, ante muestras desconocidas, el equipo sea capaz de decirnos qué tipo de combustible se trata», señala la investigadora de la UCA Marta Ferreiro. Para ello, explica, «se tomaron muestras de agua dulce y salada, a las que se le fueron añadiendo hidrocarburos con el objetivo de recopilar la mayoría de situaciones posibles y reales».

En solo 15 minutos

Con todos los datos recabados se crea una memoria y se obtienen huellas dactilares olorosas que determinan con exactitud de qué combustible se trata. Eso sí, «al dispositivo hay que entrenarlo constantemente , para que abarque la mayor cantidad de situaciones y poder aplicarlo en un rango amplio de contextos reales», precisa Ferreiro.

Una de las grandes ventajas de esta nueva técnica es su gran rapidez: en tan solo 10 o 15 minutos se obtiene la respuesta. A día de hoy los métodos utilizados para poder analizar un vertido requieren horas de trabajo y equipos complejos, además de necesitar un especialista en análisis químicos . Sin embargo, la nueva nariz electrónica demanda de una mínima formación de la persona que vaya a interpretar sus resultados, ya que es capaz de averigur el tipo de muestra de forma automática.

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