Fito sobre el escenario del Palacio de los Deportes de Madrid
Fito sobre el escenario del Palacio de los Deportes de Madrid - DE SAN BERNARDO
Música

Fito & Fitipaldis arrasan en su cita con Madrid

Apoteosis rockera en el Palacio de los Deportes

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Como AC/DC o los Rolling, cada vez que Fito pasa por Madrid arrasa con todo. Entrada que se pone a la venta, entrada que vuela en un santiamén. Este fin de semana, el de Bilbao dio el primero de sus dos conciertos en el Barclaycard Center (Palacio de los Deportes) y los pobres ilusos que pensaban que conseguirían una entrada de última hora se llevaron un verdadero jarro de agua fría al encontrarse las taquillas cerradas. Normalmente se reservan algunas entradas para el día del concierto, pero la demanda fue tan agresiva que fue imposible decir que no a los fitipaldimaníacos que pedían más.

Grandes teloneros

Los Zigarros, dos hermanos harto solventes en esto del rock and roll, (que por cierto telonearon a los mencionados AC/DC hace años, con su anterior banda), gozaron de un inmejorable escaparate para dar a conocer su primer disco, y vaya si lo aprovecharon.

Pero luego llegó Fito para presentar el suyo, «Huyendo conmigo de mí» –un título que no fue idea suya, por cierto–, con los Fitipaldis desfilando en carne por el escenario y en hueso por las pantallas gigantes, donde aparecían como esqueletos rockeros. Hablando de huesos, anoche no hubo ni rastro de los problemas de hernia que llevaron a Fito a retrasar la grabación de su disco un mes, y a no poder tocar la guitarra en las «Dos Noches en el Price» con M-Clan (fue la primera vez que subió a un escenario sin su instrumento, para sorpresa de todos).

Ayer el bilbaíno pegó duro y al grano, con su comandante Carlos Raya dirigiendo la tropa Fitipaldi, con las guitarras desfilando por el escenario y los minis de cerveza por la abarrotada pista. Los que recordamos el día que disolvió Platero y Tú, la banda que vio crecer el mito de Fito, pensábamos que su líder jamás lograría hacernos olvidar aquel nombre ilustre del rock español. Pero lo ha conseguido.

Y ya puede hacerse valer en esa posición, mostrándose como lo que es, una de las figuras más potentes del rock español actual. Antes, en sus directos era todo sobriedad, anoche llevaba el decorado que llevaría cualquier estrella del rock internacional. Una escenografía de visuales y luminosos impresionantes, que no resultan ostentosos porque están diseñados con finura y guiños al respetable más veterano. Y cuando sonaba «Antes de que cuente diez» ya asomaba el final del concierto. Un suspiro para el público. Pero muchos tenían entrada para el domingo, segunda cita madrileña de Fito el mito, un tipo de lo más normal metido a estrella del rock.

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