Principal vidriera del edificio, fechada en el siglo XVIII
Principal vidriera del edificio, fechada en el siglo XVIII - ernesto agudo
El Madrid secreto

El otro tesoro del Banco de España

Más de 5.000 piezas forman la colección de arte, con obras de Goya, Picasso o Sorolla

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Situado en el número 48 de la calle Alcalá, en un edificio de 100.000 metros cuadrados, está el Banco de España. La actividad en el patio de operaciones se ha reducido en los últimos tiempos hasta un goteo de españoles que aún encuentran pesetas que cambiar. La mayoría de ellos han escuchado alguna vez que la Cámara del Tesoro se encuentra justo debajo de la Cibeles, y que en caso de robo el agua de la fuente anegaría la estancia. Pero muy pocos saben que, precisamente en el patio y sobre sus cabezas, se encuentra una de las vidrieras de Art Decó más grandes de Europa.

Es una de las 5.000 piezas que conforman la colección de arte de la institución, heredada del Banco de San Carlos, el Banco de San Fernando y el Banco de Santa Isabel.

Su fusión en 1856 dio lugar al Banco de España, heredero de una colección de arte que no ha dejado de ampliarse. En la actualidad, los nombres de los artistas van desde el siglo XVI hasta la actualidad, con firmas como Goya, Sorolla, Picasso, Chillida o Barceló.

Obras clásicas

«La diversidad es uno de los valores de la colección, así como su diálogo con un edificio tan icónico como el del Banco», señala Yolanda Romero, actual conservadora de esta institución. Una variedad que se deja ver de dos formas distintas. Primero, porque Conservaduría intenta que las obras más clásicas se sitúen en las estancias del edificio histórico del Banco, construido en XIX; mientras las más modernas adornan las paredes de la ampliación hecha por Moneo en el siglo XX. Y segundo, porque tapices, alfombras, mobilario e incluso la escalera principal, formada por bloques enteros de mármol traído de Nápoles, son también parte del patrimonio con el que cuenta la institución.

Una de las principales líneas de la colección son los retratos, en especial los realizados por Goya. Sus obras son de tal importancia que su apellido da el nombre a una de las salas más conocidas, la Sala Goya. «Con él comenzó la colección, a él se le encargaron en su momento desde retratos reales como el de Carlos III a otros personajes de gran importancia como el Conde de Floridablanca o Cabarrús», comenta Romero. Una sala muy curiosa, ya que el tamaño de los lienzos es un reflejo de la importancia de los retratados. Además, entre los protagonistas de la estancia se encuentra el propio Goya, ya que el artista no pudo resistir la tentación de autorretratarse mientras pintaba al conde de Floridablanca.

Además de en «su» sala, la impronta de Goya aparece por todo el edificio histórico del Banco. Por ejemplo, en sus pasillos cuelgan dos series de grabados muy conocidas del artista. Por un lado, la Tauromaquia y por otro los Caprichos de Goya, ambos primeras ediciones.

Un museo diferente

La magnitud de la colección de arte del Banco de España es tal que suelen recibir peticiones de obras por parte de museos como el Metropolitan de Nueva York , el Museo de Berlín o la National Gallery de Londres para hacer exposiciones temporales de artistas como Goya, Picasso o Van der Hamen.

A pesar de que podría entenderse el Banco de España como un museo más, lo cierto es que es uno bastante inusual. Sus piezas tienen una vocación pública, sí, pero principalmente dirigida a los funcionarios del Banco de España que pasan cada día ante ellas. «Son el primer público de la colección, y la verdad es que los propios trabajadores muestran interés por ella», asegura. Pero, además, desde la Conservaduría abogan por abrir las puertas para que el público general pueda acercarse a las obras. «Se puede solicitar previamente venir a ver la colección, como en casi cualquier otro lugar», asegura la conservadora, aunque añade que «es un edificio administrativo donde trabaja mucha gente, y por eso las visitas suelen ser por la tarde y a lugares específicos, para molestar lo menos posible».

La colección de arte del Banco de España es el otro tesoro de la institución, colgado a plena vista y bien alejado del agua de la Cibeles. Es imposible destacar una como la más bonita entre sus miles de piezas. Pero en una de las estanterías del edificio, entre jarrones del siglo XVIII y lámparas de cristal de la Granja, si está una de las más importantes de la historia de España: las arras que utilizaron los Don Felipe y Doña Letizia en su boda.

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