Imagen del rascacielos de la polémica
Imagen del rascacielos de la polémica - ignacio gil

Carmena ofrece una salida para contentar al Grupo Wanda

El Ayuntamiento no cederá en la demolición de la fachada protegida. La próxima semana presentará dos informes que demuestran que es posible acometer la rehabilitación sin causar daños

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El proyecto del magnate chino Wang Jianlin de rehabilitar el Edificio España para construir un hotel, un centro comercial y viviendas de lujo está en el aire. Su intención es demoler la fachada protegida del icónico rascacielos y reconstruirla de forma exacta, piedra a piedra, en aras a la seguridad, su máxima. Así lo explicó ayer el director general de Wanda Madrid Development, Michael Qiao.

«El deteriorado estado de los materiales, que presentan fisuras, y el riesgo de colapso que supondría afrontar una reforma en esas condiciones así lo aconsejan. Es una opción legal y la más aconsejable», indicó. Qiao precisó que para elegirla se han basado en el estudio pormenorizado que han realizado a lo largo de un año los mejores expertos del país en arquitectura, ingeniería, urbanismo y seguridad.

Sin embargo, esa propuesta choca de lleno con las exigencias del Ayuntamiento de Madrid que dirige Manuela Carmena que la tacha de ilegal y no viable. Su premisa: la fachada es intocable. «Su obligación es preservar ese elemento y cumplir con las condiciones que aceptaron cuando compraron el edificio», replicó la portavoz del consistorio, Rita Maestre.

Aludía a lo acordado por la Comisión Local de Patrimonio, integrada por la administración local y regional, que estableció la necesidad de preservar el frontal y los dos alzados laterales, al tiempo que reducía su nivel de protección del 2 estructural al 3 parcial, lo que permitía derribar parte del coloso manteniendo los elementos citados.

Maestre remitió a un informe técnico de enero pasado que explicitaba que se podía realizar la reforma de ese modo sin afectar a los elementos catalogados. Subrayó, además, que disponen de hasta dos informes técnicos, que serán presentados la próxima semana, que demuestran que técnicamente es posible. «Nuestra obligación es preservar el patrimonio histórico de la ciudad», recalcó Maestre.

Diálogo

A pesar del órdago lanzado por el grupo Wanda, el consistorio apeló al diálogo. «Plantearemos el lunes o el martes una alternativa que permita conjugar la protección del rascacielos con los derechos de sus dueños de acometer las obras sin causar daños y sin tener que recurrir a los tribunales, en base al diálogo, conciliando posturas y alcanzando un acerdo favorable para los ciudadanos», precisaron desde concejalía de Desarrollo Urbano Sostenible que dirige José Manuel Calvo. «Nuestro lema es gobernar escuchando».

El representante de Wanda en Madrid se mostró confiado en que el Ayuntamiento llegará su misma conclusión. Interrogado sobre si abandonará el proyecto (sometido a consulta, que el equipo de Carmena tiene sobre la mesa desde el pasado 14 de julio) si no recibe luz verde, se limitó a responder que «trabajan en sintonía. No hay una opción "B", estamos concentrados en resolver este problema y alcanzar una solución». Tan convencido está que adelantó la fecha de apertura: mediados de 2019.

El abogado y urbanista Vicente Laso añadió que el desmontaje y reconstrucción es viable para los edificios catalogados como el España. Indicó que así lo contempla la normativa municipal de forma excepcional cuando no resulte técnicamente viable realizar las obras. Siempre que se empleen los mismos materiales, (piedra artificial, ladrillo y fibra de vidrio en vez de las varillas de hierro oxidadas), forma y dimensiones. «Esos elementos son propios de la época y tienen una vida útil limitada», indicaron los expertos. El área de Urbanismo, sin embargo, negó dicho extremo e insistió en que no se puede derribar lo protegido.

«Hay que ir al desmontaje por planta de arriba abajo No se puede tener una vela de 107 metros de altura y 30 metros de grosor (en alusión al frontal), sujeta a una estructura metálica auxiliar. Teniendo en cuenta su deterioro, habría que perforarla y podría derrumbarse», aseveró Rafael Andauiza, arquitecto técnico de la Universidad Politécnica.

El desacuerdo es total; el tiempo dirá qué sucederá.

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