Juan Segovia, en la sede madrileña del PSOE
Juan Segovia, en la sede madrileña del PSOE - ernesto agudo
Madrid/División en el PSOE-M

Juan Segovia: «Sara Hernández empezó mal y está en una posición muy débil»

Una de las voces críticas del PSOE-M está en contra de que alcaldes o alcaldesas estén en la Ejecutiva. Su nueva líder lo es de Getafe

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A Juan Segovia (Madrid, 1982) se le considera la «estrella emergente» del socialismo madrileño. Avalado por el mismísimo Felipe González, consiguió un meritorio 42,33% de los sufragios de las elecciones primarias del pasado 26 de julio en su partido. Tenía enfrente a Sara Hernández, alcaldesa de Getafe, y candidata «oficialista» de Pedro Sánchez y del aparato de Ferraz a la Secretaría General de los socialistas madrileños. Ella obtuvo el 57,67%. Lo que ocurre es que de los los 15.000 afiliados, solo acudieron a las urnas poco más de 6.500.

Segovia no va de «Pepito grillo» del nuevo Partido Socialista Obrero Español de Madrid (PSOE-M). Sin embargo, cree poder conseguir un partido ágil, abierto y vanguardista. Por eso reivindica una «revolución ideológica». No baja la guardia.

Dentro de seis o siete meses toca congreso ordinario. Deja en el aire sus intenciones y busca asesorarse lo mejor posible por si tuviera que volver a medir sus fuerzas con la compañera Hernández.

—La nueva líder del PSOE-M dice que quiere recuperarle a usted más adelante. ¿Se lo cree?

—Ya veremos. Es cierto que renuncié a formar parte de la Comisión Ejecutiva de Madrid.

—¿Y eso?

—Sara empezó muy mal. Las elecciones primarias cayeron en domingo. Vale. Pues no me llamó hasta el jueves siguiente, a las once de la noche, para que fuera a Getafe. El congreso extraordinario era al día siguiente. Faltaban pocas horas. No me pareció correcto.

—¿Usted hubiera hecho lo mismo si la llega a ganar?

—No, ni mucho menos. Es más, le dije que yo la hubiera llamado enseguida.

—¿Su rebote es, entonces, por una cuestión de formas?

—¡Que va! Me ofreció una vicesecretaría general pero sin aceptar ninguna de las propuestas mías y de mi candidatura que solo persigue una mayor participación de los militantes. No quise un mercadeo. Deseo que los afiliados cuenten mucho más.

—¿Tan inasumibles son sus ideas, que, en honor a la verdad, representan a casi la mitad de los que votaron en las primarias?

—Defiendo una profunda renovación ideológica de la organización para que camne hacia la democracia total, para que abandone sus gestos del siglo pasado y para que camine hacia una democracia interna total. Tenemos que ser ese partido ágil, útil, abierto, unido de verdad e integrado.

—¿En que se traduce todo ello?

—Primero, que los candidatos al Congreso de los Diputados sean elegidos por toda la militancia en un proceso de primarias. Y eso es lo pedíamos al congreso extraordinario del pasado 31 de julio: que adoptara una resolución para trasladarla a la Dirección Federal del PSOE.

—¿Por eso decía Sara Hernández que usted planteaba asuntos de otro ámbito territorial?

—Ya, pero se podía haber lanzado el mensaje de alguna manera. Quien quiera ser candidato que se lo gane en un proceso electoral libre. Tampoco aceptaban mi proyecto de crear una agrupación municipal de Madrid, que está recogida en los estatutos.

—¿Qué me dice de los avales?

—Mi propuesta es que se supriman para la participación en toda clase de procesos electorales del PSOE.

—También defiende la incompatibilidad de cargos...

—No veo correcto que la Ejecutiva tenga alcaldes o alcaldesas. Son tareas a las que hay que dedicar tiempo completo.

—Creo que no pintan bien las relaciones con su líder madrileña...

—No quiero ir contra Sara. Me llevo bien. Pero está en una posición muy débil. Lo que digo es que cualquier integración pasa por la aceptación de propuestas.

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