Instantánea hecha por Mesonero Romanos del atentado fallido publicada, en exclusiva, en ABC (1906)
Instantánea hecha por Mesonero Romanos del atentado fallido publicada, en exclusiva, en ABC (1906) - abc
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Cuando la Calle Mayor de Madrid rindió homenaje al anarquista Mateo Morral

El Ayuntamiento rebautizó la calle, durante la República, con el nombre del autor de uno de los capítulos más negros del país

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Madrid ostenta algunas de las calles y plazas más emblemáticas de España. Muchas de ellas, además, esconden un pasado histórico que con el paso del tiempo permanece «oculto». Si nos sumergimos en él descubriremos algunas de las curiosidades, detalles o hitos de lo más peculiares de la región.

Así, desempolvamos del baúl de los recuerdos una singularidad, quizás desconocida, de un hecho memorable. Durante la II República (régimen político entre 1931 y 1939), el Ayuntamiento de Madrid bautizó a la Calle Mayor, uno de los lugares más importantes de la capital, con el nombre de Mateo Morral, quien cometió uno de los atentados más sanguinarios.

Tragedia histórica

Corre el año 1906, Madrid se despierta, engalanada, la mañana del 31 de mayo ante la celebración de la boda entre Alfonso XIII y la princesa Victoria Eugenia de Battemberg.

Aquel día sería recordado, sí, aunque de manera trágica. El día del enlace, el anarquista Mateo Morral llevó a cabo un atentado fallido contra sus vidas al lanzar desde el balcón en el que se hospedaba -en la Calle Mayor- una bomba envuelta en un ramo de flores.

La bomba, no obstante, se desvió hacia la multitud tras caer en el tendido del tranvía. Este hecho fortuito hizo que la pareja real salvara la vida pero supuso la terrible muerte de más de una veintena de personas y centenares de heridos. Fue catalogado como uno de los capítulos más negros de la historia de Madrid.

Guión imprevisto

El gentío, antes feliz, corre despavorida ante el suceso que empaña de tristeza aquel día idílico. Tras el atentado, Morral se mezcla y se pierde entre la muchedumbre con la ayuda del director del periódico «El Motín», característico por sus ataques a iglesia y a la monarquía. Así, se traslada a Torrejón de Ardoz para preparar su huída a Barcelona, aunque es reconocido y detenido.

Sin embargo, un nuevo hecho se salía del guión previsto; se quitó la vida con un disparo en el pecho tras matar al guarda que le custodiaba de camino al cuartelillo de Torrejón. Un suceso cuestionado que ha sido muy investigado. De todos modos, Morral evitaba así el garrote vil o la muerte por fusilamiento.

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