Así son los sorprendentes dragones de Komodo, las estrellas de Faunia Madrid

Llevan un año en Faunia Madrid, pero siguen siendo la novedad. Sus nombres son Sissa y Wera, en honor a dos ríos de Indonesia, el único lugar del planeta donde viven estos animales. Son los dragones de Komodo, animales en peligro de extinción.

ABC se ha acercado hasta las instalaciones del recinto para descubrir algunos detalles de estos impresionantes animales. Pese a que puedan aparentar ser dóciles, no se recomienda cruzarse en su camino: es un superdepredador carnívoro.

En cuanto llegamos a la «Guardería de dragones de Komodo», divisamos dos machos, que pesan algo más de dos kilos y miden alrededor de 1,20 metros. Características que corresponden a las crias, pues en su edad adulta pueden alcanzar los tres metros de longitud y 70 kilogramos.

Aunque son hermanos no se parecen en nada; Sissa, la estrella, le gusta los flashes y acaparar más atención, mientras que su hermano, Wera, es más tímido y receloso.

Lo más llamativo es su piel gruesa y escamosa junto a una larga y musculosa cola, que la utilizan en situaciones de peligro. Estos animales se alimentan una vez a la semana, proceso que estamos a punto de presenciar y que dura solo unos segundos.

Hora del almuerzo

Los cuidadores les conducen a las instalaciones interiores. Se enfundan los guantes, echan mano de las perneras de cuero y siempre actúan en parejas. Así, mientras uno distrae a una de las crias mediante una larga pinza con carne, su suculento manjar, otra compañera entra, sin contemplaciones, en la instalación y lo alimenta. Siempre con una larga pinza en la mano les acercan pequeños trozos de pollo, pato, codorniz o ratoncillos. Cumplen con una dieta variada en función del peso y si se ejercitan.

Laura Varela, una de sus cuidadoras, asegura que comen entre siete y diez días. «Es preferible no estar mucho tiempo dentro», sostiene, además de afirmar que son animales «inteligentes y calculadores». «Siempre están juntos, salvo a la hora de comer», una medida adoptada para evitar el caos.

«Te miran de arriba a abajo como diciendo: ¿Tú quién eres? ¿Qué vienes a hacer aquí?», confiesa, sorprendida, Varela.

Programa Internacional

Actualmente, se pueden ver dragones de Komodo en España, solo en Barcelona, Fuengirola y Madrid. Estos animales desembarcaron en Faunia como parte de un programa internacional de conservación y cría, que se lleva a cabo en varios zoos europeos.

Es el lagarto vivo más grande del mundo y han sido clasificados en peligro de extinción, según la Unión Internacional de la Conservación de la Naturalez (UICN). Se estima que existen unos 5.000 ejemplares en estada salvaje. En cautividad, los programas de conservación han logrado multipilicar su número.

Son, asimismo, huéspedes exclusivos de un espacio de 144 metros cuadrados, donde conviven con unas temperaturas de entre 23 y 27 ºC y un sistema de nebulización con lluvias de humedad por el que disfrutan de refrescantes baños, hasta diez veces al día.

Faunia Madrid ofrece también al público charlas informativas durante el fin de semana sobre este animal, que despierta admiración y respeto por su tamaño y carácter agresivo.

Origen

Su origen se atribuye a una población de grandes lagartos que habitaron en Indonesia y Australia y desaparecieron al final del Pleistoceno. Están dotados de 60 dientes potentes, una lengua amarilla y una mordedura mortífera. Por ello, son considerados uno de los lagartos más inteligentes, excelentes trepadores, con una velocidad sorprendente de hasta 20 km/hora y magistrales buceadores (son capaces de bucear a más de cuatro metros). Lo más sorprendente es «quizás, la mentalidad que tienen de mamífero y no de reptil, que es lo que son», reconoce Laura.