La milagrosa historia del olivo que sobrevivió a la Guerra Civil

Medio Ambiente distingue a un árbol de Morata con 300 años como el mejor ejemplar de la región

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Tiene más de 300 años y ha sobrevivido a todo tipo de conflictor armados. El viceconsejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Enrique Ruiz Escudero, entregó ayer a un agricultor de Morata de Tajuña el premio al Mejor Olivo Monumental en reconocimiento al especial valor de uno de los ejemplares de su propiedad. Se trata de un olivo de unos 300 años aún productivo y que sobrevivió a las batallas de la Guerra Civil libradas en sus alrededores e, incluso, a las necesidades de leña de los contendientes, que dinamitaban los árboles para extraerlos rápidamente.

«Ejemplares como este –afirmó Ruiz Escudero– demuestran la importancia histórica del olivo en nuestra región y reivindican la necesidad de continuar esta labor tradicional que produce alimentos de calidad y empleo, ayuda a dinamizar la actividad económica de la región, al crecimiento de nuestros municipios rurales y al mantenimiento de nuestro medio natural».

La entrega de este premio responde a la convocatoria de la primera edición del Concurso al Mejor Olivo Monumental de la Comunidad de Madrid, organizada de manera conjunta por la Marca Aceite de Madrid y la empresa Viveros Provedo, S.A.. dedicada a la producción y venta de árboles frutales, plantas de olivo y vid. El objetivo ha sido la difusión de la cultura del olivo en la Comunidad de Madrid como elemento fundamental de puesta en valor de su territorio y donde el olivo aporta un significado especial desde hace numerosos siglos.

Tamaño, edad y aspecto

Al concurso podían presentarse los poseedores de un olivo cultivado en la Comunidad, de cualquier variedad o uso (para aceituna de mesa, aceite o ambas), cuyas características fueran singulares por su tamaño, edad, aspecto o emplazamiento. Sólo se aceptó un ejemplar por propietario.

Como requisito imprescindible figuraba que el olivo presentado se encontrara actualmente en cultivo, no aceptándose por tanto olivos silvestres o acebuches, olivos abandonados de cultivo o ejemplares que fueran utilizados para fines ornamentales sin más aprovechamiento. Es decir, que el olivo tenía que estar en producción y ser podado de manera periódica. Tampoco se ha aceptado ningún olivo trasplantado en edad adulta y que por tanto no se encontrara en su emplazamiento original.

Un cultivo de Las Vegas y la Campiña

Al concurso se presentaron cinco candidaturas: dos procedentes de Villa del Prado, una de Carabaña, una de Moraleja de Enmedio y la que finalmente resultó ganadora, la de Morata de Tajuña. Este olivo tiene una altura aproximada de tres metros y un perímetro de más de siete, con una producción media de aceituna de 50 kilos, razones que le hicieron merecedor de tal distinción a juicio del jurado.

El premio entregado por el viceconsejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio a este agricultor consistió en un lote de productos elaborados en madera de olivo y un diploma también tallado en madera de olivo.

La Comunidad de Madrid cuenta con 25.000 hectáreas de olivar distribuidas por toda la región, salvo la zona montañosa del norte. La comarca de Las Vegas y la Campiña es donde existe mayor implantación del olivo y donde se encuentran la mayoría de las almazaras de la región.

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