Francisco Nicolás Gómez Iglesias, junto a Ana Botella
Francisco Nicolás Gómez Iglesias, junto a Ana Botella - abc

El «Pequeño Nicolás», sobre Botella: «Es imprescindible que no cometa errores que la estigmaticen»

Una semana antes de que la alcaldesa tomara posesión del cargo, Francisco Nicolás redactó un informe sobre la imagen que debía proyectar la política madrileña

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Veinte de diciembre de 2011. Hace justo un mes que el PP había ganado las elecciones generales y Gallardón abandonaba el sillón de mando de la Alcaldía de Madrid. Su sucesora sería Ana Botella, quien juró el cargo una semana después, el 27 de diciembre.

Aquel día 20, Francisco Nicolás Gómez Iglesias redactaba un documento hallado en el registro de su habitación por la Policía Nacional y que consta en el sumario. El informe, de apenas un folio, está encabezado: «Estrategia Ana Botella».

El «Pequeño Nicolás» sabía que la inminente regidora no gozaba precisamente de buena imagen entre la ciudadanía. Pero sus anotaciones, al menos alguna, se revelarían meses después casi como una verdadera predicción.

El joven comienza escribiendo que «no es lo mismo vencer una mala imagen que vencer un prejuicio negativo».

Y pone el ejemplo de la por entonces presidenta de la Comunidad de Madrid. «Es mucho más difícil revertir una mala imagen. Esperanza Aguirre consiguió en seis meses darle la vuelta a su imagen».

Para Nicolás, una de las bazas de Botella es su amplio conocimiento entre la ciudadanía (un 90%, dice), mientras que el portavoz del PSOE, Jaime Lissavetzky, no superaba el 40% de popularidad.

Además del hecho de comparar las imágenes públicas de Aguirre y Botella, Francisco Nicolás escribe otra píldora: «En cualquier caso, para superar el prejuicio es imprescindible que no se cometan errores, principalmente al principio de su mandato, que la estigmaticen y que sean difíciles de revertir». El gran fallo llegaría diez meses después, con la tragedia del Madrid Arena, con cinco chicas muertas en el pabellón municipal y la tan discutida gestión posterior de esa crisis. El resultado, más de dos años después, es de todos conocido y está a punto de dirimirse en los tribunales.

Las recetas del «Pequeño Nicolás» para evitar que algo así sucediera eran: «Protegerla de los medios de comunicación; no exponerla innecesariamente; tender al error cero en la gestión del Ayuntamiento; y, lo más importante, «crear una imagen política de cultura elevada y cercana a la ciudadanía".

Entre otros asuntos, Nicolás advierte de que «la estrategia del Partido Socialista no va a ser atacar al PP ni a sus políticas, sino atacar ad hominem a Ana Botella para inhabilitarla personalmente e inhabilitarla como candidata en 2015». Y esto, precisamente, es lo que parece que ha ocurrido.

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