¿Qué hacer si te toca el Gordo?

Largarme al polo

No me tocó nunca ni la Pedrea. Claro que nunca jugué

José María Carrascal

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Me pone en un aprieto ABC pidiéndome qué haría en caso de tocarme el Gordo, porque nunca he pensado en ello. No es que no me gustase ser millonario, sino que haberme pasado buena parte de mi vida en el extranjero me impidió participar en ese jolgorio nacional que es el sorteo navideño. Aparte de no haberme tocado nunca ni la Pedrea. Claro que nunca jugué, lo que no me impide cumplir con el periódico e imaginar qué haría de recibir el Gordo. Supongo que poner tierra por medio para evitar las cámaras y peticiones de dinero por todas partes. Marcharme al lugar más alejado y desierto, y ya que en las islas del Pacífico corría el riesgo de encontrarme con turistas españoles, los Polos serían el lugar más adecuado, aunque temo encontrarme con rusos y norteamericanos preparando sus próximas fechorías. Por no hablar del frío que debe hacer. Y ¿qué iba a hacer allí con mis millones? Porque de cine, teatro, ópera, televisión, fútbol incluso, nada de nada. Y convertirme en amaestrador de focas o aprender la lengua de los esquimales no me atrae en absoluto. Sin descartar que, finalmente, me localizase uno de esos equipos de “españoles por el mundo” y me hiciera mostrarles como transcurría mi vida y el iglú donde vivo, con lo que quedaría bastante mal. No, que me tocase el Gordo sería un mal negocio. Tal vez porque el Gordo se goza antes del sorteo y alcanza a todos, soñando qué harían si le tocase. Sin necesidad de ir al Polo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación