La conselleira de Sanidade en intervención parlamentaria
La conselleira de Sanidade en intervención parlamentaria - efe

Rocío Mosquera tensa la cuerda

Feijóo evita respaldar a la conselleira de Sanidade, quien le niega opinión al presidente en los «asuntos internos» de su departamento

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La conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera, sigue empeñada en abrir una fuga en la unidad de acción del Gobierno gallego. La sucesión de acontecimientos motivada por su falta de capacidad política convierten sus fallos de gestión y planificación en una de las cuestiones que tienen que sortear a menudo los dirigentes de su partido e incluso el propio presidente Feijóo.

Sin ir más lejos, el titular de la Xunta tuvo que volver a enfrentarse este miércoles a las preguntas de los periodistas sobre las aptitudes de la conselleira tras presidir la puesta en marcha del transporte metropolitano de Vigo. Las palabras encriptadas del jefe del Gobierno autonómico dejan entrever que el asunto empieza a provocarle cansancio: «No hay pleito cuando uno no quiere pleitear», apuntó Feijóo.

Esta vez no se trata de una cuestión menor. La responsable de la salud pública ha abierto un frente de rechazo en Lugo y su provincia —con evidente indignación en el seno del partido lucense— por despreciar los plazos temporales para dotar al HULA de la hemodinámica las 24 horas del día y una unidad de radioterapia. Entre el colectivo de los alcaldes hay un enfado no menor, ya que el Sergas lleva un año de incumplimientos en la asunción de centros de salud que marca la reforma local, tardanza que se acumula con las ayudas contra la drogadicción o el mantenimiento de ambulatorios. La excusa habitual de la conselleira de que ella «no es una política, sino una técnica» empieza a generar malestar en la Xunta y en el PPdeG. En algunos dirigentes causó sonrojo escuchar a la conselleira decir que el problema del colapso en las urgencias durante el pico de gripe se limitó a «una cuestión de confort». Feijóo, por el contrario, pidió disculpas.

Por si los problemas no fueran suficientes, a pocas fechas de los comicios municipales, Rocío Mosquera ha conseguido que siete miembros del Comité de Bioética de su departamento hayan dimitido a propósito de un informe de carácter técnico. Lejos de preguntarse el porqué, la conselleira vuelve por donde solía y elude toda responsabilidad. Según explicó, el citado informe es una cuestión interna de asesoramiento en su departamento y añadió que «no está cerrado» que no se vaya a publicar.

Mosquera rechazó que haya existido censura política en la negativa a publicar el documento y también que se haya sentido desautorizada por el presidente en este asunto. Es más, dejó claro que hay algunos asuntos en los que «el presidente no tiene ni por qué tener opinión respecto al tema, es interno de la Consellería» y las palabras y los silencios de Feijóo considera que no son «ni autorización, ni desautorización, ya que es un asunto interno».

El «asunto interno» se ha convertido, lo quiera la conselleira o no, en un asunto público y de carácter político. El propio presidente de la Xunta se lo ha demostrado al asegurar sobre las renuncias de varios integrantes del comité de bioética que «la conselleira está dando las explicaciones pertinentes». En cualquier caso, descartó que esos cambios en el Comité vayan a tener « repercusión desde el punto de vista asistencial», y reiteró su agradecimiento a los médicos por sus «propuestas y aportaciones».

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