La horma del zapato de Lendoiro

Desde su despacho en pleno centro coruñés, el auditor de cuentas Jorge Borrajo todavía recuerda los partidos que jugaba contra un joven Lendoiro en el parque de Santa Margarita. «Era pequeño, pero muy habilidoso», destaca. Años después, las batallas futbolísticas se trasladaron del campo a las juntas de accionistas del Deportivo de La Coruña, donde el expresidente del club seguía mostrando su destreza, pero no siempre para hacer el bien. Borrajo es desde hace mucho una de las voces más autorizadas en la crítica a las supuestas irregularidades que cometió el antiguo consejo de administración de la entidad blanquiazul. Ahora, tras la admisión a trámite de su denuncia contra la ejecutiva que encabezaba Lendoiro, el siguiente episodio se desarrollará en los juzgados.

Para el auditor, la situación crítica de la economía del club viene provocada por un «continuo falseo» de las cuentas de la sociedad a voluntad del expresidente y sus acólitos. Algunos de sus «artificios contables» más sonados para disfrazar las pérdidas de cada ejercicio eran sobrevalorar la plantilla y los trofeos en posesión del club o declarar como activos el uso de las instalaciones de Riazor cuando ni siquiera son propiedad del Deportivo, sino del Ayuntamiento de la ciudad. «Le faltaba darle un valor al aire de Coruña», apostilla con sorna.

Otro de los desmanes de Lendoiro, en opinión de los denunciantes, era su salario como uno de los pocos presidentes profesionales del fútbol español. «Un sueldo del 1% del presupuesto total, sin importar si hay beneficio o no, es desproporcionado en cualquier empresa», señala, con el agravante de haber podido inflar estas cifras para aumentar sus retribuciones.

Futuro incierto

Esta semana se ha cumplido un año desde la entrada en el club del nuevo consejo de administración, con Tino Fernández a la cabeza. Al hablar de su mandato, Borrajo confiesa tener confianza en él. «Son todos buenos empresarios y muy serios que saben lo que tienen entre manos». En su opinión, esta gestión es sostenible y permitirá que el Deportivo sobreviva pese a la losa que arrastra, aunque supedita el objetivo a que el equipo no pierda la categoría. «El riesgo de liquidación sigue latente, pero es mucho menor que hace un año», sentencia.

Entre uno y tres años

La denuncia provoca que el antiguo consejo de administración se enfrente a una acusación por delitos societarios que podría acarrear penas de cárcel de entre uno y tres años. No obstante, el abogado Rafael Arangüena ve «complicado» ver a Lendoiro y su equipo entrando en prisión. «Para que se produzca, en casos de este tipo, la apropiación indebida tiene que ser flagrante», y alude a la dificultad de evaluar actuaciones mercantiles para demostrar tales comportamientos.

Aunque no existe todavía un calendario marcado, los denunciantes afirman sentirse alentados por el Deportivo, que también se personará en la causa, y las palabras de Borrajo suenan muy claras: «Creo en la Justicia y no puede haber impunidad para quienes han hecho tanto daño al club».