El Mercado de Colón de Valencia
El Mercado de Colón de Valencia - mikel ponce
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El auge de los mercados como centros de ocio

El Mercado Central y el Mercado de Colón se han incorporado a la tendencia europea de incluir en su oferta productos y servicios de uso directo para los clientes

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A las siete de la mañana de cualquier día, el Mercado Central de Valencia despierta de su histórico sueño y abre sus enormes portones. Todas las paradas muestran un sinfín de alimentos perecederos que esperan ansiosos a ser portados. En mitad del algarabío subyacen contrastes: establecimientos de ocio. Así, el Mercado Central de Valencia se ha incorporado a la tendencia europea de incluir en su oferta productos y servicios de uso directo para los clientes. Lo mismo ocurre en el Mercado de Colón a un ritmo más acelerado, puesto que la hostelería copa la gran mayoría de locales.

En el Mercado Central lo más significativo, al margen del gran valor histórico y patrimonial del edificio, es el restaurante «Supergourmet» y el «Central Bar by Ricard Camarena».

Este último se erige como una barra donde se pueden degustar delicias propias de un chef de estrella Michelin a precios «low cost».

Precisamente el prestigioso cocinero valenciano sirve de unión entre ambos mercados. En septiembre, el Mercado de Colón acogerá en su planta inferior el cuarto restaurante de Camarena, bautizado «Habitual». Un espacio donde se podrán degustar recetas de todo el arco mediterráneo, desde la provenza francesa hasta Tarifa.

Al margen de estos establecimientos, los «foodie» que visiten Valencia pueden disfrutar en el Mercado de Colón de una gran cantidad de locales donde degustar todo tipo de gastronomía. Casi una veintena de puestos donde lo «gourmet» emerge como elemento común.

Horchata tradicional -de la mano de la archiconocida Daniel-, cerveza «premium», vinos y productos con D.O. Requena forman parte del sinfín de delicatessen que se pueden consumir directamente en este mercado ubicado en la calle Jorge Juan de Valencia.

A pesar de que ambos mercados se hayan sumado a esta nueva tendencia, no renuncian a sus líneas intrínsecas: ofertar alimentos. El que más oculta su esencia de bazar como tal es el Mercado de Colón, puesto que tan solo conserva cuatro «paradas» que venden carne, pescado o verduras. Mientras que el Mercado Central suma casi 300 pequeños comerciantes, que ocupan sus 1.219 puestos cada día, al más puro estilo tradicional.

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