Oliva: Una fiera del hockey

Tremendamente humilde y generosa en el campo, con una chispa especial y un brillo en los ojos propio de quien disfruta enormemente de lo que hace, no le desorienta el barniz del elogio. Y en Valencia, en las semifinales de la Liga Mundial de hockey hierba femenino, se ha llevado un sinfín de halagos por su juego incombustible, su omnipresente presencia en muchos sobre el azul del campo, y su capacidad para jugar y hacer jugar. Una fiera rotunda. Jugadora competitiva hasta el último aliento, de las que destruyen el juego del rival, acude a las ayudas y organiza el juego de las «RedSticks». Georgina «Gigi» Oliva Isern (Barcelona, 18/7/1990) fue elegida ayer mejor jugadora del torneo.

Un reflejo discreto de alegría interior al recibir tal premio individual, pero ella es una más y por encima de todo está el grupo. «Sé que he ayudado al equipo; sé que he estado jugando como he entrenado y estoy contenta. Pero una vez que no nos hemos clasificado, no me importa mucho lo individual», decía a ABC.

Impecable en todo caso al campeonato desarrollado por la selección española, que finaliza sexta y con vías de entrada hacia los Juegos Olímpicos de Río a través de las semifinales de Amberes o los torneos continentales.

Un bloque bien organizado y que ha crecido absolutamente en el último año y medio de la mano de Adrian Lock y su cuerpo técnico. El seleccionador explica sobre Oliva que «es una jugadora bastante humilde. Pero al tiempo es muy grande con su presencia dentro y fuera del campo. Entró en la selección absoluta muy joven, con catorce o quince años, y en ese momento quizás le venía un poco grande. Pero ya mostraba un talento como pocos en el mundo. Luego, tuvo un momento un poco más desaparecido. Pero en los últimos dos años ha tenido bastantes experiencias, ha vivido fuera de España, ha crecido y ahora es una jugadora fundamental para el equipo dentro y fuera del campo».

Lock es firme en su reflexión sobre Gigi: «Es una referencia, pero nunca ha perdido ese punto de humildad que le caracteriza. Dentro del campo ha sido la mejor jugadora del torneo sin ninguna duda. Y en el mundo es de las mejores».

La marca de la selección

La selección se ha mostrado como un equipo unido, guerrero, incapaz de bajar los brazos. Y la barcelonesa, que la próxima temporada jugará en el Kampong holandés, es una de las piezas con esa marca. «Luchar y darlo todo es nuestra filosofía de base. Si no tienes esto, no puedes estar en la selección. Y estas chicas lo tienen todas. El talento sin ese aspecto de luchadoras no puede estar aquí. Y Gigi es un emblema de esto. Lucha todas las bolas a muerte. No sabe jugar con el freno de mano».

Gigi Oliva tiene 24 años, en poco menos de un mes hará los 25. No tiene techo. Un cambio mayúsculo en los últimos años. En 2012 no era titular. No disfrutaba: «Ahora disfruta jugando, no tiene complejos. Cuando una jugadora compite con libertad está feliz y disfruta», asegura Lock, quien explica que Gigi «juega en una posición clave. Juega en el pivote. La gente sabe en momentos de estrés que puede darle la bola y cuando no hay salida encontrará una salida».