verlas venir

La jornada

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En Valencia, siempre habituados a hacer grandes descubrimientos, hemos llegado a la conclusión de que de los árboles estos que hay por l'Horta, los que quedan, mayoritariamente sale un fruto color naranja que, mire usted por donde, suele ser naranja o, incluso, mandarina.

Siguiendo con nuestras grandes investigaciones, hemos descubierto que estas fallas llueve. Entre mucho y muchísimo. Ya veremos la Cremà.

Pero no contentos con esto, hemos seguido haciendo profundas indagaciones sobre las grandes cuestiones vinculadas con el territorio. Y la última, para desconcierto de algunos de los afectados, ha sido sobre la oportunidad de la jornada continua para nuestros queridos niños.

Lo hemos investigado sobre los niños porque para los otros colectivos afectados estaba claro sin necesidad de investigarlo.

En el caso de los padres suponía, de suponer algo, una putada ya que si los niños no tienen cole por la tarde, pues la cosa se complica. En el caso de los maestros la cosa parecía inversa. Es decir, que era mejor para ellos. Todo ventajas.

Pero claro, puestos a descubrir grandes verdades de la naturaleza humana, le ha tocado el turno a esta: Qué será mejor para nuestros niños, la jornada partida más o menos habitual o la continua. Pues nuestra consellera ha descubierto que lo que a todos nos dice el sentido común era, en realidad, la verdad. O lo más parecido a ella. Ha descubierto que en los centros en los que se aplica de manera experimental la jornada continua, el fracaso escolar es mayor (¿quién dijo aquello de los experimentos con gaseosa? Pues en este caso, con nuestros hijos, tal vez con los suyos, si tiene la suerte de que estén en un centro de estos experimentales).

Los estudiantes toda la vida se han dividido en dos grupos. Los que sí y los que no. Los que aprueban y van muy bien o los que renquean, que son los mejores de ese gran grupo de los que van mal. A estas alturas de la vida, descubrir que los que van bien van bien siempre no es un gran descubrimiento. Y comprobar que los que van mal con un horario extendido van a ir peor con un horario comprimido, se me antoja un descubrimiento equiparable al de que la producción agraria valenciana está, por ahora, vinculada a los cítricos.

En fin, que para hacer este descubrimiento tal vez no hacía falta dedicar ni una jornada.

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