De la gran helada de febrero de 1956 a la primavera anticipada de 2015

El clima mediterráneo está marcado por su irregularidad en los meses de invierno. Históricamente, febrero ha estado marcado por las temperaturas frías y la inestabilidad. Sin embargo, el mes invernal por excelencia no ha quedado extento de los habituales vaivenes climáticos. Una inestabilidad que ha quedado reflejada en los archivos de ABC.

De hecho, la pasada semana la Comunidad Valenciana sufrió los efectos de la ola de frío que azotó España y varios puntos de interior se registraron nevadas. En Valencia capital cayeron pequeños copos, pero la nieve no cuajó. Así, habrá que conformarse con recrear la histórica portada de ABC que mostraba la imagen del Miguelete cubierto de blanco.

Con todo, la foto de Fiel de aquel 14 de enero de 1960 bien pudo haberse tomado cuatro años antes, cuando la ciudad de Valencia alcanzó la temperatura más baja de su historia.

con 7,2 grados negativos. El hito se marco los días 11 y 12 febrero de 1956. Hoy, 59 años después, el mercurio se ha elevado en la capital del Turia por encima de los veinte grados, conforme revela la imagen captada por Mikel Ponce en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

En la obra «La gran ola de frío de febrero de 1956 en la España mediterránea», elaborada por José Ángel Núñez, Carlos Muedra y Vicente Aupí, se explica que «en el mes de febrero de 1956 se produjo una sucesión de invasiones de aire polar y ártico siberiano que dieron lugar a que esté catalogado como el más frío del siglo XX en la Comunidad Valenciana».

La temperatura más baja se registró en la localidad castellonense de Vistabella, con diecinueve grados negativos, seguida de Castellfort, con quince bajo cero.

Ya por aquel entonces, ABC (que este año conmemora el vigésimo quinto aniversario de su edición en la Comunidad Valenciana) dio cuenta de las consecuencias de aquella ola de frío, que se prolongó durante más de tres semanas en el mes de febrero más gélido de la historia.

De hecho, el frío fue bueno para la cosecha de cítricos. Una crónica telefónica del corresponsal de ABC en Valencia daba cuenta, el 25 de febrero de aquel mismo año, de que se reanudaba la exportación de naranjas. El cronista relataba que «el frío, después de las grandes heladas, ha permitido una mejor conservación del fruto en el árbol». En aquella sí llovió a gusto de todos.

[Descarga aquí la página en la Hemeroteca ABC]