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Negredo remata entre dos jugadores del Almería - AFP
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Negredo restaura al Valencia

El Almería mandó en el primer tiempo y Hemed desactivó los goles de los de Nuno, pasivos e inocuos, pero los de Mestalla se enchufaron en el segundo acto y el atacante resolvió el triunfo (3-2)

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Ese Valencia a lo Jekyll y Hyde ganó a un Almería, que supo competir y gestionar las circunstancias del escenario en el primer tiempo, pero que se vio angustiado hasta la derrota en el segundo. La cosa es que primero apareció Hyde. Los de Nuno, grises, pasivos, depresivos... se llegaron a poner hasta en dos ocasiones con ventaja, pero Hemed empató (y pudo poner por delante a los andaluces con un testarazo que se fue al larguero) en dos ocasiones para el Almería. Sin embargo, sin alarde alguno, compitiendo notable al menos y buscando el triunfo, los valencianistas regresaron tras el descanso con la versión Hyde frente a un conjunto, el de Juan Ignacio, que se echó atrás. Culminó la victoria Negredo con un gol de cabeza a centro de Gayá.

El mismo desconcierto defensivo y ofensivo mostrado en las eliminatorias de Copa del Rey ante el Español o en Liga frente al Celta reflejó el Valencia en un primer acto que desquició al parroquiano. El Almería supo competir mejor en Mestalla que los de Nuno Espirito Santo, al tiempo que aprovecharon esa espesura, ese fútbol inocuo y esa pasividad que, a excepción del duelo victorioso ante el Real Madrid, viene arrastrando el último mes el equipo blanquinegro. Los andaluces desconectaron con facilidad a un conjunto frágil, pasivo en su sistema defensivo, estático y falto de ideas en el juego de ataque.

Quedó en un segundo plano lo logrado por Parejo y Rodrigo, incluso los buenos movimientos de Alcácer. El Almería fue mejor equipo. Sin alardes. Pero con un Tomer Hemed que se mostró voraz ante la pasividad de quienes le tuvieron que defender. Firmó un doblete, aunque pudo ser un triplete en el primer tiempo. Y eso que tomó primero ventaja el Valencia en un intento por liberarse pronto de los nervios. Barragán profundizó por el costado derecho, centró raso hacia el área chica y Parejo remató ajustado al palo izquierdo de Julián. Pero pronto comenzó el desinfle local.

Perdió Enzo Pérez un balón en el medio campo a los dos minutos del tanto de Parejo. El balón le llegó a Wellington, por la izquierda, que superó la indecisión de Mustafi y el propio centrocampista argentino para centrar y que Hemed en el primer palo anotase libre de marca ante la mirada de Orban. Camino de la media hora, André Gomes habilitó una internada en el área de Alcácer, que cedió en horizontal para que Rodrigo marcase el 2-1. Pero sin tiempo para verse de nuevo por delante los de Nuno, demostraron su desconexión en un saque de esquina almeriense que cabeceó Hemed y entró en la red con la ayuda de André Gomes.

Despierta el Valencia

Al poco, Hemed se liberó de su marca y, de nuevo de cabeza, su remate se fue al larguero. Tremendo el apagón local y el notable la gestión almeriense. Se sumó otro problema para Nuno. Barragán tuvo una lesión muscular y fue sustituido por Cancelo a un minuto del descanso. Se reanudó el encuentro con la posesión del balón por el Valencia y un Almería que cerraba bien atrás y esperaba a la contra. Llevó el peligro por el costado derecho el joven portugués Cancelo. Dos buenos centros suyos estuvieron cerca de convertirlos de cabeza André Gomes y, luego, Negredo.

El Valencia daba mejor cara que en el primer tiempo. Se había activado. No brillaba, pero al menos había arrancado los motores con fuerza. Mandaba y generaba acciones en lo ofensivo. Negredo reclamó un penalti en el 65. La acción, en la que su par le estiró de la elástica, cuanto menos fue controvertida. Se veía apurado el Almería. Juan Ignacio buscó cambiar algo. Movió fichas. Por ahí. Negredo volvió a tener un remate de cabeza, que dirigió al centro fácil para el portero. Mestalla veía otra cosa de su equipo porque le ofrecía algo. Mucho más que en el primer tiempo, mientras los andaluces sufrían atrás.

El pasar de tiempo abría un escenario de nerviosismo general. El empate era malo para el Valencia. Los últimos resultados, el mal primer tiempo, el hecho mismo de jugar en Mestalla, hacían del 2-2 otro batacazo. Los almerienses, por su parte, se veían superados una y otra vez por los locales. El miedo a perder lo logrado crecía en su caso. A siete minutos del final, ganó Gayá a su par, centró y Negredo remató en el segundo palo de cabeza para poner el 3-2. Previamente, Alcácer había mandado un derechazo al larguero. El Almería, que había pasado en su sector del campo casi todo el segundo tiempo, buscaba salir y sorprender de nuevo. El asunto acabó con el triunfo valencianista.

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