el callejón del gato

El azucarillo C's

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Han pasado algo más de tres meses desde las elecciones autonómicas y municipales, para que Ciudadanos en Castilla y León haya pasado de la esperanzadora emergencia a la casi irrelevancia y a la sensación de ser un partido innecesario en estas tierras. La percepción es la resultante de varios sumandos: el más llamativo y esperpéntico es la tasa de alcoholemia de Presencio y la falta de reflejos y de coherencia con «la regeneración política» de Rivera para pedirle que deje el acta de concejal o expulsarle del partido; pero tampoco se entienden las reuniones conspiratorias de unos contra otros en Valladolid, que vienen de antes del asunto alcohólico del concejal, que significan falta de liderazgo de Fuentes y se traducen en un goteo de bajas en el partido e inacción pública; o la satisfacción de Luís Fuentes por el abrazo del consejero de la Presidencia, compensado con un mutismo veraniego, cuando los medios están deseosos de información, y por dejar hacer en algunas alcaldías, sin que se les note.

Quizás lo anterior sean anécdotas, pero más serio resulta el comportamiento en las comparecencias de los consejeros de la semana pasada, donde los representantes de la Junta no han estado precisamente sembrados y ante los que los parlamentarios de Ciudadanos han respondido con sinsorgadas, bisoñez y generalidades. Esta realidad significa desconocimiento de la región (han tenido todo un verano para estudiar) y falta de fuste de los parlamentarios. Tiempo tienen para rectificar, pero necesitan un liderazgo fuerte y un rearme con gentes que conozcan la Comunidad y con solventes personas procedentes de la economía, la universidad y otros ámbitos basilares, de lo contrario pueden resultar insignificantes y disolverse como un azucarillo en un vaso de ron.

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