panorama

Victimismo plañidero

Es que ni siquiera dejan los pañuelos cuando, por ejemplo, Montoro admite que su Gobierno trabaja para que Canarias sea uno de los motores para la recuperación económica

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En uno de los artículos que a diario publica el periodista José María Carrascal en ABC, nos daba su visión particular sobre lo que entiende como nacionalismo. Y en uno de los párrafos de ese artículo reconocía que «el nacionalismo es un estado catatónico entre el enamoramiento y la borrachera, con complejos de superioridad e inferioridad simultáneos, que impide las funciones cerebrales y deja solo las emocionales, haciendo imposible el diálogo, al no distinguir lo imaginado de lo real».

Un párrafo que, en mi opinión, recoge con bastante exactitud lo que muchos españoles pensamos sobre las formaciones nacionalistas en general y de Coalición Canaria (CC), en particular. Pero creo que a Carrascal le faltó añadir un complejo más a todos esos con los que él define el nacionalismo.

Y es que los nacionalistas son, además, victimistas por naturaleza. Porque en esencia, el nacionalismo no deja de ser un mito sentimental cargado de victimismo. ¿Qué es, si no, eso que dicen de que España —en Canarias dicen «Madrid»— tiene la culpa de todo?

Hace unos días, el ministro Montoro se lo recordaba a la senadora autonómica, María del Mar Julios, durante una intervención en la Cámara Alta. Le decía que el discurso victimista de CC tiene un límite. Y lo dijo convencido de que es posible erradicar esa práctica plañidera que ya parece haberse convertido en uno de los pilares de la ideología de CC. Aunque creo que se sintió obligado a hacerlo por aquello de si algún día «suena la flauta». Sin embargo, yo no me lo creo. Porque eso es algo tan difícil o más que meter a un político corrupto en prisión.

Dicen los psiquiatras y psicólogos que llorar es bueno. Que sirve de desahogo y ayuda a soportar los momentos difíciles a los que tenemos que hacer frente durante nuestra vida. Y estoy de acuerdo. Pero creo que debe hacerse con moderación. De vez en cuando. Sobre todo, cuando existan motivos de cierta gravedad. Porque en este caso concreto del lloriqueo de CC, da la impresión de que nació con la gravedad bajo un brazo y un pañuelo en el otro. Como si se hubiesen acostumbrado a llorarle a los gobiernos españoles de turno por cualquier motivo sin importancia.

Y es que ni siquiera dejan los pañuelos cuando, por ejemplo, Montoro admite que su Gobierno trabaja para que Canarias sea uno de los motores para la recuperación económica de España. O cuando el presidente Clavijo muestra su satisfacción con los contenidos de una reunión con el presidente Rajoy. Porque les da igual. Porque el victimismo es consustancial del nacionalismo y, como hemos dicho en infinidad de ocasiones, la mentira y el victimismo han sido, son y serán las mejores coartadas que pueden tener para justificar sus fracasos políticos. Y CC ya lleva muchos años practicando ese victimismo plañidero que creo ha servido para casi nada. Porque en política, el diálogo entre gobiernos, de forma normal y sin lloriqueos, siempre suele ser más efectivo.

Ver los comentarios